En estos días estamos viendo cómo el estado debe intervenir en el control de precios. No hay excusas para los aumentos. No es el dólar, no es el transporte. Es simplemente la concentración de mercado.
En el mundo existen 10 grandes empresas que controlan lo que consumimos, cómo lo consumimos y, sobre todo, cuánto gastamos. Estos grupos empresariales controlan la vida de una inmensa mayoría de las personas que vivimos en la Tierra. Creemos que somos los dueños de nuestra vida y, entre otras cosas, decidimos lo que consumimos, cuando en realidad estas grandes empresas nos manipulan capitalizando y creando todas nuestras necesidades. Son ellas quienes deciden qué compramos y a qué precio.
Según una investigación reciente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), seis grandes cadenas concentran el 80 por ciento de las ventas de todo el sector supermercadistas del país. El 74% de la facturación de los productos de góndola de esas cadenas corresponden a apenas 20 empresas. nueve de cada diez litros de leche que están a la venta pertenecen a una sola empresa alimenticia.
En rubros tales como cremas dentales, desodorantes y repelentes, la concentración de las ventas en una sola marca o empresa supera el 84%.
Dentro del rubro Alimentos y Bebidas, existen productos en las que una sola empresa tiene una posición absolutamente, dominante, como ocurre en yogures (77%), embutidos (79), jugos en polvo (77), gaseosas (75), fideos (73), cervezas (71), postres (70), mermeladas (71) y hasta en la leche (69). En algunos casos, una sola empresa con diferentes marcas participa en hasta 12 categorías diferentes de productos, teniendo posición dominante en seis de ellas. Nueve de cada diez litros de leche que están a la venta pertenecen a una sola empresa, aunque tengan diferentes marcas.
Nosotros los consumidores tenemos el poder de la decisión sobre los productos que compramos. Cuando elegimos una marca de detergente, de chocolate, o de zapatillas, no somos conscientes de que lo más probable es que estemos eligiendo entre productos o marcas de una misma empresa. Es decir, el mismo producto con diferentes nombres. Esto significa que en realidad no hay competencia, y por lo tanto no es necesario bajar un precio para vender más.
Tenemos el poder de revertir esta situación de una forma muy sencilla: consumo responsable. Decidamos la compra en contra de los grandes oligopolios y a favor de productores locales. Apoyemos la pequeña y mediana empresa. Apoyemos la producción local, regional. Apoyemos la industria nacional.

Autora del articulo: Andrea Fontana. Directora de Comunicación de Bien Argentino