Según el Banco Mundial, serán necesarios más de tres mil millones de toneladas de minerales especialmente litio, grafito y cobalto para satisfacer la demanda de producción y almacenamiento de energía de un escenario de dos grados para el año 2050.
Ahora un informe de la consultora internacional KPMG analizó la transición energética mundial que rediseñará drásticamente el mercado mundial de energías y minerales, con consecuencias económicas, ambientales y geopolíticas.
En el destacan que “el desarrollo de las tecnologías verdes se encuentra amenazado por la escasez de materias primas y las limitaciones geográficas y geopolíticas al suministro de recursos críticos para la transición energética, lo que exigirá una solución desde la economía circular”.
El reporte del KPMG afirma que “a pesar de las abundantes reservas existentes, la alta politización del acceso a estos recursos podría trasladar el poder geopolítico de los países que dominan el petróleo a los que dominan estos metales”.
A tal punto será la transformación que ya se habla de un nuevo ecosistema global que migrará el predominio de las últimas décadas de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) a la Organización de Países Exportadores de Minerales (OMEC).
Con un número relativamente pequeño de países con depósitos, la competencia por estos recursos será alta en la medida que los gobiernos busquen procurar la seguridad energética.
Estos minerales requieren enormes cantidades de energía, mano de obra y esfuerzo para ser extraídos, refinados y consumidos, lo que se advierte “puede dañar al medioambiente, reducir la biodiversidad e implicar condiciones laborales precarias”.
Hay cinco metales y materiales que se consideran parte integral del futuro energético. Se trata del Litio, Cobalto, indio, Vanadio y Grafito.
Pero no son los únicos recursos que enfrentan la escasez de disponibilidad, ya que el cobre, el aluminio y el níquel enfrentan desafíos similares.
El análisis global del problema indica que la economía circular puede ayudar a abordar estos desafíos: La reutilización, el reciclaje y la readaptación de los metales y materiales pueden contribuir a garantizar la provisión y, potencialmente, reducir los desechos, la contaminación y las emisiones de carbono al minimizar la necesidad de extracción.
Diego Calvetti, Socio líder de Energía y Recursos Naturales KPMG Argentina, dijo que “el objetivo de la economía circular es maximizar la retención de valor de los recursos, productos, componentes y materiales, así como crear un sistema de ciclo que alargue la vida, optimizando la reutilización, reprocesamiento y reciclado de productos”.
“Es decir, se trata de estrategias para extender la vida económica de los bienes en sus distintas facetas y dilatar su agotamiento económico de manera de evitar su descarte”, señaló el analista.
La creación de una economía energética circular requiere de un gran esfuerzo y coordinación entre los gobiernos, los productores de recursos y las empresas que los utilizan. Al mismo tiempo, las empresas de minería deben acelerar sus esfuerzos para reducir su huella de carbono, proteger el medioambiente y servir a sus comunidades, como parte de una estrategia de extracción y refinación sustentable.
“Será necesario un replanteamiento profundo de los modelos de negocio, incluyendo los procesos de manufactura, las tecnologías utilizadas, las estrategias de inversión y la forma en que se obtienen los materiales e insumos en la cadena de suministro”, se enfatizó en el estudio.
Triplicar la inversión en energías limpias
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirmó que la inversión en energías renovables debe triplicarse de aquí a finales de la década si el mundo espera luchar eficazmente contra el cambio climático y mantener bajo control la volatilidad de los mercados energéticos.
“El mundo no está invirtiendo lo suficiente para satisfacer sus futuras necesidades energéticas (…) el gasto relacionado con la transición está aumentando gradualmente, pero sigue siendo muy inferior a lo que se necesita para satisfacer la creciente demanda de servicios energéticos de manera sostenible”, dijo la AIE.
“Es esencial que los responsables políticos emitan señales y orientaciones claras. Si el camino que tenemos por delante está preparado sólo con buenas intenciones, será un viaje lleno de dificultades”, añadió.
