Recursos Humanos, Ubicación 2

Del “Lerú” a los edutubers y edugramers. Los tutoriales de aprendizaje de ayer y de hoy. Por la Dra. Ana Lamas.

Corrían los años 60 y las ayudas para el mejor desempeño de quiénes éramos alumnos de primaria y secundaria comenzaron lentamente a constituirse en muletas en las que nos apoyábamos para transitar satisfactoriamente la escuela. Así es que pasamos de la pluma cucharita a la birome, del dibujo a mano alzada al Simulcop – marca del cuadernillo que permitía calcar imágenes-, de las zapatillas Flecha a las Adidas y de los libros abultados en hojas de secundaria (como el de Historia de Ibañez) a  “el Lerú”.

Ilustración 1: Tapa de “El Lerú,” libro de bolsillo usado por los estudiantes secundarios en la década del 60

¿Qué era “el Lerú”?  Como lo muestra la imagen era un librito de bolsillo de Editorial Víctor Lerú –    aún presente en los anaqueles de  bibliotecas públicas– que resumía el contenido del programa de cada materia de secundaria y que en muchos casos servía para no abrir jamás los “libros gordos” indicados por los docentes. Incluso era muy útil usado como “machete”[1] a la hora de los exámenes.  Eso sí… que los profesores ni se enteraran que teníamos en nuestras manos un Lerú, ni siquiera fuera del momento de la evaluación. Era la Wikipedia analógica del Siglo XX. La gran mayoría recurría a él… los que no habían leído nunca o casi nunca el libro-manual, los que sobrevolaban en la clase, los que no entendían casi nada, los que sentían que si no lo usaban perdían la pertenencia al grupo.  Creo que pasé por todos esos estados de conocimiento o de desconocimiento cuando deslizaba las hojas entre mis manos.  Revisándolos ahora y con “el diario del lunes” bendigo el haberlos acariciado, … me doy cuenta de que, sin proponérmelo, aprendí con ellos, lo que es un buen resumen.

 ¿Se podría decir que los edulerús -analógicos, fueron los

 edutubers o edugramer actuales?¿Quiénes y cuáles son las

 cualidades que los hacen atractivos a los niños y jóvenes de hoy?

Si buscamos esos términos en la literatura científica no aparecen resultados, sin embargo, con el hashtag edutubers o edugramers las publicaciones se cuentan en miles. Derivan del conceptoyoutuber y son algunos de los llamados jóvenes de la generación net, multitasking, jugadores de “la play”, nativos digitales, trabajadores de la generación Z.

Según Universia (2015) un youtuber es un “usuario que produce, sube y publica sus propios vídeos, en la plataforma de YouTube, teniendo altas visualizaciones y/o grandes números en los suscriptores de su canal, logrando ser influenciador [en algunos casos] y obtener un ingreso por ello”. Por extensión, se aplica al que realiza lo mismo en la aplicación Instagram y al que se le denomina instagramer. Producen y consumen -prosumen- videos de variadas temáticas: guías, música, humoradas, animaciones, tutoriales, entre ellas los que se necesitan para aprender y aprobar materias.

Los edutubers o edugramers  son los youtubers o instagramers que realizan videos educativos orientados a las disciplinas escolares formales tanto como a la solución de un problema o a la satisfacción de una curiosidad dentro de lo que se llama la educación informal. No necesariamente son influencers. Algunas investigaciones dan cuenta que los hay de 1000 y 2000 seguidores y hasta de alrededor de 6 millones. Podría pensarse que el canal define a la persona que produce el texto o video, pero en realidad lo que define la popularidad se vincula más al protagonismo o presencia del autor y su forma de comunicar, que a la aplicación utilizada.

 ¿Qué le faltó y le falta a la escuela y a los profesores para que resúmenes textuales o videos tutoriales de ayer y de hoy habiten o “copen” la vida de los estudiantes? En síntesis, ¿Cuáles son las buenas prácticas pedagógicas de los edutubers y instagramers que atraen a los estudiantes? Y consecuentemente nos podrían ayudar a los profesores.

Hace unos días rodeada de niños de primaria que miraban un video de un youtuber, les pregunté qué les atraía…   Uno de ellos me dijo: -“ves que tenés ejemplos y te das cuenta lo que explica”, otro agregó: -“es divertido”, uno más osado añadió: -“yo lo imito”. Mi espíritu docente afloró y reconocí algunas buenas prácticas. Entre ellas:

  1. Una explicación breve, sencilla, con ejemplos y metáforas.
  2. Uso de un tono agradable, espontáneo, empático y con toques de humor.  
  3. Gran capacidad para sintetizar conocimiento.
  4. Utilización de atractiva caligrafía y diseño en las pizarras (antes de diseño bidimensional, el diseño era un sustantivo estático; hoy, tridimensional, es verbo y movimiento).
  5. Elección de un enfoque positivo con el que se transmiten los tutoriales acompañados de voces agradables y gestos amigables.
  6. Práctica de colaboración y familiaridad a través de los comentarios.
  7. Despliegue de originalidad de las presentaciones.
  8. Efluvios de pasión y convicción con el que transmiten en sus mensajes.

Sin duda alguna, los 4 primeros puntos aplican a los lerús de los 60 que fueron verdaderos educadores influencers analógicos, muy posiblemente con más de 10 mil seguidores -no pude encontrar estadísticas de venta o de uso-.  Hoy los edutubers y los edugramers son educadores influencers digitales de los alumnos siglo XXI … tal vez conviven con algunos maestros del Siglo XX y algunas temáticas del Siglo XIX como afirmó hace casi 20 años Fernando Savater.


[1]“Machete” era el nombre de los papelitos escondidos en el delantal o en el uniforme escolar que contenían información de la materia, valiosa a la hora de rendir exámenes. El resumen Lerú funcionaba como tal. Hoy se consiguen en las tiendas de libros usados y en las plataformas de comercio digital.

Ana María Lamas
Lic. en Ciencias de la Educación (UBA) y Dra. en Filosofía Y Educación con reconocimiento “Cum Laude”. Especialista en Ciencias Sociales y Educación a Distancia.
Docente y directiva en el nivel secundario y universitario. Dictó cursos y seminarios sobre su especialidad en Argentina, América y Europa. Publicó artículos en revistas científicas en el país y en el extranjero.
Escribió libros académicos y de divulgación científica referidos a educación, nuevas tecnologías, juego y trabajo. Emprendió la creación y luego la gestión de una radioeducativa escolar, movida por la percepción del poder educador de los medios de comunicación.
Ha recibido el Premio a la Excelencia Educativa otorgado por la Federación de Cámaras de Comercio del Mercosur. Actualmente es profesora en Maestrías en UCES y Directora de la Lic. en Periodismo de Universidad Maimónides

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