Hace unos años estaba paseando por Oslo y como me apasiona el arte fui a visitar la Galería Nacional. Mis ojos se dirigían a una obra que había seleccionado especialmente: “El grito” de Edvard Munch. Un emoji, 😱, lo representa hoy, como la manifestación del horror, la soledad y la desesperación sentida o percibida. Algunos estudiosos de las producciones del artista señalan que significa la angustia existencial; como un estado personal interior en el que intervienen también cuestiones del entorno.
¿Y por qué viene a mi memoria esta historia y en este momento?
Porque la asocio con los periodistas, hoy famosos, Maria Angelita Ressa y Dmitri Muratov. Pienso, que en algún instante se habrán sentido representados por Munch en su labor profesional cotidiana.
¿Por qué famosos y por lo tanto merecedores de las tapas de los diarios del mundo?
Son famosos porque han sido galardonados nada más ni nada menos, que con el Permio Nobel de la Paz 2021, (el único que se entrega en Oslo donde vive el cuadro de Munch) por sus méritos como periodistas de investigación, cuyos temas incomodan a los gobiernos autoritarios y a sectores de la opinión pública que no respetan los derechos del otro. Por primera vez seleccionaron periodistas de profesión. Filipina ella y ruso él, originarios de dos países cuyos gobiernos son denunciados a través de sus plumas como ejemplos del autoritarismo, la corrupción, la persecución y la violación a los derechos humanos.
Muratow, fue columnista y editor en el Pravda, uno de los periódicos de mayor tirada en su país de origen. En 1993 cofundó un diario independiente en Rusia que se destacaba por publicar sus artículos de investigación sobre la corrupción que envuelve al gobierno de Putin. Ressa, ha ejercido el periodismo en cadenas internacionales, y ha sido fundadora de un portal informativo. Sobresale por sus artículos de investigación y por sus estudios sobre el uso y abuso del poder hegemónico en las redes sociales, razón por la cual ha sido blanco de amenazas, por parte del presidente filipino.
No sería difícil inferir, en qué condiciones, esos periodistas realizan sus trabajos y en cuántas ocasiones habrán sentido soledad y angustia al percibir que su lucha por la libertad de prensa podría convertirse en un sueño inalcanzable. Y no sería difícil inferir que en el momento de recibir el premio habrían pasado por sus cabezas las fuertes emociones retratadas en la pintura de Munch.
En ellos, están representados los muchos periodistas famosos o no tanto que aún, en condiciones adversas, arriesgando sus vidas, con sus fotografías o sus notas han salido a defender la verdad como José Luis Cabezas en Argentina, o como el saudita, columnista del The Washington Post, Jamal Khashoggi crítico del gobierno autoritario de su país de origen. Ambos pagaron con sus vidas; ese fue el precio de captar hechos ejerciendo la libertad de prensa. En este mes de noviembre, es bueno recordarlos dado que el día 2 del presente mes se celebró el Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas.
El declive actual de los tradicionales medios de comunicación masiva, por causas económicas, por la aparición de las tecnologías digitales y las redes sociales está provocando el desencanto hacia el estudio del periodismo. Sin embargo, reconocimientos como el de los periodistas premiados induce a pensar que vale la pena, salir a defender esta profesión, este cuarto poder que entre sus objetivos está el dar a conocer hechos de interés público, a veces ocultados intencionalmente. Respetando los principios de los códigos de ética, solo habrá que actualizar los formatos y contenidos a las nuevas demandas de la era digital.
La vigencia de Munch y “El grito”, es innegable en la profesión periodística, porque en cada una de las fotos tomadas por los reporteros, en cada una de las investigaciones plasmadas en artículos, en cada una de las declaraciones públicas que realizan algunos periodistas tal vez se encuentren con la soledad y angustia, por ser posibles blancos de poderosos opresores. Es un deber ciudadano de quienes abrazamos la democracia, defender y celebrar la libertad de prensa. Con la convicción y la palabra de la comunidad toda, la lucha por la verdad que impulsan periodistas serios como los recientemente galardonados, verá la luz.
Hoy celebro también, poder expresar libremente mis ideas en esta Newsletter.

Lic. en Ciencias de la Educación (UBA) y Dra. en Filosofía Y Educación con reconocimiento “Cum Laude”. Especialista en Ciencias Sociales y Educación a Distancia.
Docente y directiva en el nivel secundario y universitario. Dictó cursos y seminarios sobre su especialidad en Argentina, América y Europa. Publicó artículos en revistas científicas en el país y en el extranjero.
Escribió libros académicos y de divulgación científica referidos a educación, nuevas tecnologías, juego y trabajo. Emprendió la creación y luego la gestión de una radioeducativa escolar, movida por la percepción del poder educador de los medios de comunicación.
Ha recibido el Premio a la Excelencia Educativa otorgado por la Federación de Cámaras de Comercio del Mercosur. Actualmente es profesora en Maestrías en UCES y Directora de la Lic. en Periodismo de Universidad Maimónides