Partimos de la consideración previa que la seguridad y la salud laboral para las mujeres trabajadoras constituyen un derecho fundamental. Durante mucho tiempo las normas internacionales pioneras en tratar la salud laboral de las mujeres lo hacían pensando básicamente en políticas de salud laboral estrictamente biológicas y por tanto centradas en el embarazo y la maternidad, sin prestar la atención necesaria a otros aspectos de las condiciones de trabajo que también pueden afectar a su salud y bienestar.
Esta temática será tratada en este congreso https://lnkd.in/eMA89-c2
El riesgo de sufrir estrés laboral ha aumentado por la pandemia de la COVID 19 produciéndose cambios en la organización del trabajo que han afectado especialmente a las mujeres. Algunos de los riesgos psicosociales afectan más a las mujeres que a los hombres, tal es el caso del acoso sexual, la discriminación por razón de sexo, la conciliación familia-trabajo o la doble tarea, y muchos están asociados ocupaciones altamente feminizadas. También la perspectiva de género está incluida en la investigación y la participación de las mujeres en las actividades científicas y tecnológicas genera específicos daños psicosociales.
Los estudios relacionados con los factores de riesgo psicosocial muestran la existencia de diferencias en la exposición y daños ante estos factores entre hombres y mujeres, con lo que el enfoque de género debe contemplarse sin ninguna duda y debe hacerse tanto desde el punto de vista normativo como científico promoviendo la transferencia de las evidencias científicas a nuestro contexto cultural y al tejido laboral.
Adoptar un enfoque neutral a los géneros frente a la evaluación de riesgos y su prevención y de manera esencial frente a los riesgos psicosociales pueden conllevar que las mujeres trabajadoras sean infravaloradas o ignoradas. Los estudios relacionados con los factores de riesgo psicosocial muestran la existencia de diferencias en la exposición y daños ante estos factores entre hombres y mujeres, con lo que el enfoque de género debe contemplarse sin ninguna duda. Es necesario un buen diagnóstico, mostrar la realidad para poder transformarla.
Por tanto, la integración de la perspectiva de sexo dentro de la salud laboral, no es sólo un deber de los poderes públicos, sino que también los esfuerzos y las actuaciones para conseguirlo deben ser de todos: empresarios, interlocutores sociales especialistas en prevención, miembros del Comité de Seguridad y Salud. Es vital y necesario concienciar a los profesionales de la Prevención de Riesgo Laborales e incluir el enfoque de género en la evaluación de riesgos, en las actuaciones preventivas y en la vigilancia de la salud.

OdT| El Observatorio del Trabajo convocamos a los profesionales vinculados a las ciencias del comportamiento humano al « 12º Congreso Internacional y 16º Nacional de Ergonomía y Psicosociología con el título: Experiencia en Ergonomia y Psicosociología Aplicada desde la Latinidad “