Ya hemos comentado la compleja situación que atraviesa el sector textil. De acuerdo a un relevamiento de la Universidad Nacional de Avellaneda, el año 2016 finalizó con una de hasta 25% términos reales netos de inflación.
El cuadro es más grave si se considera que dicho sector en 2016, aumentó un 42% el número de empresas que se dedican a la importación de productos textiles, y que estas empresas incrementaron un 30% sus compras al exterior medidas en dólares.
En tanto que la cantidad de empresas locales que venden productos en el exterior, bajó un 16%.
Además el 4° trimestre de 2016 la producción textil decreció 27,3%, la “peor caída desde el 2002″, año en que el sector registró una baja de 37,9%.
Esto produjo la pérdida de más de 4.000 puestos de trabajo directos, en los primeros tres trimestres de 2016, siendo el rubro confecciones el más afectado con una pérdida de 1.797 empleos registrados, al que sigue cuero y calzado con 1.490.
Fuente: mdzol.com