Habitualmente los medios hablan sobre la problemática de la escolaridad en esta pandemia. Sin embargo, mucho se ha especulado sobre cómo ésta impacta en la personalidad de los menores.
Por ello comentaremos un interesante estudio que la Sociedad de Pediatría Argentina hizo relevando más de 4.500 niños y adolescentes entre 6 a 18 años de todo el país.
Denominado ‘Percepciones y Sentimientos de Niños Argentinos frente a la Cuarentena Covid-19”, arrojó datos concretos sobre las percepciones de los niños respecto de la vida diaria en situación de cuarentena; las repercusiones personales, familiares y sociales e identificó las necesidades de apoyo y contención que estos requieren.
Los datos son elocuentes: 91% de los niños y adolescentes argentinos declararon extrañar (sobre todo a los amigos, compañeros y familiares); 77% se mostraron ‘enojados’, 74% expresaron sentimientos negativos como desánimo o aburrimiento y el 68% presentó distintos grados de tristeza.
Se destacó en ellos la preocupación por la incertidumbre, los afectos, la repercusión personal, la interacción con el virus, la economía y el trabajo en el país.
El Dr. Jorge Cabana, ex presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría y uno de los investigadores principales del relevamiento afirma que las clases online con las que se ha pretendido brindar cierto aire de normalidad, rutina y continuidad a la educación, no han sido bien recibidas -en general- por los chicos.
“Sienten que hay una alta demanda en una situación extraordinaria y que los tiene abrumados, perciben que la enseñanza pierde calidad y contenidos, que es socialmente injusta” y además sienten que la conectividad que era un instrumento de diversión y esparcimiento se ha transformando en parte de sus obligaciones.
El Dr Cabana afirmó que “La pandemia, la cuarentena y el abordaje del COVID19 privilegiaron una mirada biologicista y centrada en el virus, que prácticamente anuló toda otra mirada más holística y comprensiva de la complejidad del ser humano, más en situaciones de excepcionalidad y enorme incertidumbre como la vivida”.