El rey de España Felipe VI, el presidente de Italia, Sergio Mattarella, y su par de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa participaron del acto de cierre con un llamamiento común a que la revolución digital no eclipse los valores humanos y a que todas las personas tengan derecho a una formación tecnológica con el fin de no generar brechas en la sociedad.
Felipe VI ha abogado por que esta automatización tecnológica vaya en paralelo con el fortalecimiento de los talentos vinculados a los seres humanos, como la creatividad, la capacidad de improvisación o la empatía.
Sobre los datos del Cotec que indican que el 40 por ciento de la población activa española no se considera capacitada para desenvolverse profesionalmente en una sociedad digital, el monarca dijo:
“No es quizá del todo una sorpresa, pero sí nos debe preocupar y ocupar porque tampoco es algo atribuible solo a diferencias generacionales»
A su juicio, la formación y el reciclaje profesional continuado «es un derecho y una responsabilidad de cada persona y ha de ser incentivada por las instituciones educativas y apoyada y facilitada en cada puesto de trabajo»..
Por su parte el presidente de Portugal ha puesto el acento en la conveniencia de que los dirigentes políticos sean «más innovadores, creíbles, confiables y estabilizadores» para no exigir a los ciudadanos y al sector privado «aquello que ellos mismos no hacen».
La política, ha reflexionado el mandatario portugués, debe ser «un ejemplo de valor inmaterial que contribuya al futuro» de las sociedades de España, Italia y Portugal y a una Europa «más unida y más fuerte por sí misma y en el mundo».
En tanto, el presidente de Italia afirmó que «las personas han de estar en el centro» del proceso de innovación social y no subordinadas a la tecnología.
«La emergencia económica y social ha subrayado la importancia del Estado para regular la revolución tecnológica».
