Se trata de un producto sostenible alternativo al cuero animal y al cuero sintético. Es por tanto libre de crueldad animal, de menor contaminación y mayor rendimiento por m2 sin prescindir de las características técnicas y estéticas requeridas por el mercado.
El proyecto comenzó cuando Emilce Cesarini, diseñadora textil, en la etapa de formación académica de grado comenzó a notar los primeros cambios en sus hábitos de consumo, a tener mayor conciencia ambiental y tomar registro de sus acciones.
Su tesis de grado promovía el uso de cuero sintético a partir de mejorar su acabado, y en el año 2020, el proyecto fue seleccionado en el programa Emprendé Conciencia, un programa que la Subsecretaría de Emprendedores de la Nación organiza en forma conjunta con Fundación INVAP.
En 2021, aplicaron al programa de Apoyo a la Competitividad (PAC Emprendedores de Impacto), acompañado por la incubadora de base tecnológica Bioloop, que les permitió la aprobación y cumplimento de procesos y permisos de fabricación, como también el desarrollo de la identidad corporativa y la adquisición de equipamiento láser.
Para producir el biocuero de origen bacteriano se trabaja con un consorcio microbiano que sintetiza el biocuero. Y las posibilidades de este producto se ampliaron a través de tecnología de fabricación digital mediante el empleo de patrones de corte y grabado láser.
Actualmente, proyectan la concreción de una planta piloto que permita escalar la producción del material con el objetivo de ejecutar las primeras ventas en este año.
Un nuevo ejemplo del potencial y variedad de aportes que pueden generar los emprendedores

Fuente: https://www.argentina.gob.ar/noticias/cuando-la-conducta-humana-desarrolla-un-proyecto-de-cambio