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La educación en modo “uber”. Por la Dra. Ana M. Lamas

No es una novedad señalar, la polarización socio-laboral que nos envuelve cada vez más en el mundo global. Sin embargo, sabemos que ante un problema siempre existe alguna posibilidad de solución, la dificultad, tal vez, sea encontrarla. ¿Qué significa polarización laboral, cómo superarla y quiénes expresan la mirada optimista?  

Polarización laboral hace referencia a los puntos de distancia entre quienes encuentran trabajo digno y quiénes solo pueden aspirar a un empleo precario.  Según estudios científicos, en un mundo atravesado por lo digital, “zafan” de ubicarse en el polo laboral desfavorable quienes mejor educados estén, aquellos que puedan moverse con soltura hacia los nuevos trabajos y ocupaciones que ni siquiera imaginamos. ¿Quiénes expresan el optimismo frente a un aparente callejón sin salida? Los que se ocupan de ofrecer servicios educativos…pero ¿de qué tipo? ¿dónde?

El tipo de instituciones educativas que contemplen tres niveles de aprendizaje en forma equilibrada, serán las encargadas de formar el futuro trabajador, serán las que ayudarán a superar la polarización. Y esos niveles están integrados por lo informativo, lo formativo y lo innovador. La supervivencia laboral dependerá de esta educación que empieza en los estadios más tempranos de la vida, adquiere relieve específico al terminar la educación obligatoria y se perfila en la educación especializada.

Pero, a esta altura seguro, se pregunte el lector, qué tiene que ver “uber”, como metáfora, de la educación, con toda esa introducción. Veamos… El viejo coche de alquiler mudó en taxi y este en remis pero, el mundo digital del Siglo XXI potenciado por Internet, incorporó un cambio disruptivo, con el transporte “uber”.  La escribimos con minúscula porque no utilizamos  esa palabra como una marca sino como concepto general del servicio que legalmente ofrecen otras marcas que se inspiraron en esa idea. Irrumpieron desde lo “no instituido” incorporando la aplicación para celulares y ofreciendo viajes a medida, que la gente de a poco fue eligiendo, a pesar de las resistencias de los modos de transporte tradicionales “instituidos” en la comunidad. Permitió contratar desde un celular inteligente un servicio en las más diversas partes del mundo, pagarlo de la forma que se desee y compartir en tiempo real el viaje con otras personas, entre otros motivos, como forma de seguridad personal.

Y en educación ese cambio disruptivo lo introdujo la educación a distancia que surgió por fuera del sistema educativo instituido, se especializó en formación laboral en Argentina, a partir de 1919. Desde entonces tuvo mala prensa y fue considerada educación de segunda. No era ilegal, sencillamente era despreciada por la gran mayoría de académicos locales. Tal vez, no en forma explícita, pero con cierta seguridad, la educación presencial se resistió a salir de su caverna, como los esclavos en la “Alegoría” de Platón y negó la eficacia de la formación de aquella modalidad educativa. ¿Miedo al cambio, desconfianza en las bondades de lo nuevo, seguridad en la aparente “zona de confort”, espacio de poder instituido? Todas, ninguna o algunas, tal vez. Sin embargo, fue la pandemia la que, por la fuerza o la necesidad, la puso en la conversación de casi todos, en el día a día.

Algunas tendencias sobre este tema nos llamar a la reflexión, además de la “Alegoría” y la pandemia ¿Cuáles?

  • Disconformidad con la formación universitaria y de institutos terciarios del sistema educativo formal.
  • Segmentación del mercado educativo no formal en variedad de ofertas.
  • Desaparición de algunos trabajos y surgimiento de otros nuevos que no cubren las instituciones formales.
  • Inesperadas competencias laborales que demandan las empresas y organizaciones.

En este marco ¿cómo vemos el modo “uber” en educación?  Algunas instituciones oficiales resisten desde la burocracia y siguen formando reproductores de contenidos, aun cuando introduzcan las plataformas digitales, el servicio es el mismo de antes. Otras organizaciones independientes intentan cambiar y “hacen camino al andar” y las innovadoras hilvanan ideas con los recursos digitales para formar “prosumidores” que no solo consumen información, sino que producen nuevas en un entorno colaborativo. “Uber” no fue solo una cuestión de aplicación digital, aunque es cierto, facilitó el cambio disruptivo, “uber” es una forma nueva de concebir un modo de viajar.

El virus COVID-19, ha promovido un estilo de vida diferente y la insinuación de un modo “uber” en la educación- digital o a distancia e innovadora-. Y como muchos otros ejemplos en la historia, las plataformas digitales como recursos existen, la cuestión es usarlas con sentido transformador y creativo, no para hacer más de lo mismo, sino para introducir cambios sustanciales. Digamos que implica pasar de la educación de futuros trabajadores como consumidores de contenidos a “prosumidores” – producen y consumen-, trabajadores proactivos, que piensen y colaboren formados en instituciones que puedan establecer alianzas estratégicas con otras y con el mundo de la producción y el trabajo.

Y así como el color dibuja las formas que no muestra bordes definidos según Matisse, brindando sobrados ejemplos en sus cuadros… las instituciones educativas necesitan permear sus fronteras para facilitar algún matiz- Matisse- innovador.

 Ana María Lamas
Lic. en Ciencias de la Educación (UBA) y Dra. en Filosofía Y Educación con reconocimiento “Cum Laude”. Especialista en Ciencias Sociales y Educación a Distancia.
Docente y directiva en el nivel secundario y universitario. Dictó cursos y seminarios sobre su especialidad en Argentina, América y Europa. Publicó artículos en revistas científicas en el país y en el extranjero.
Escribió libros académicos y de divulgación científica referidos a educación, nuevas tecnologías, juego y trabajo. Emprendió la creación y luego la gestión de una radio educativa escolar, movida por la percepción del poder educador de los medios de comunicación.
Ha recibido el Premio a la Excelencia Educativa otorgado por la Federación de Cámaras de Comercio del Mercosur. Actualmente es profesora en Maestrías en UCES y Directora de la Lic. en Periodismo de Universidad Maimónides
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