Pandemia: la oportunidad de » la inmunidad de rebaño» por el consultor en salud Prof. Martín Moyano Barro. Publicada el 14/10 en Diario Clarín.

Desde el inicio de la pandemia, la política oficial de todas las jurisdicciones en materia sanitaria dirigidas por el Ministerio de Salud de la Nación fue básicamente reforzar el sistema sanitario con más camas de UTI, aumentar la cantidad de profesionales de la salud en la provincia de Buenos Aires, a la que se veía como el “gran problema” y organizar una cuarentena con cierre de actividades en el AMBA, región que era considerada la más “peligrosa”. Asistimos además a la presencia de diferentes especialistas médicos, cuyos consejos se transformaban en política pública.

El aumento de camas de UTI con o sin respiradores, entrenando médicos para ocupar las plazas de las nuevas terapias, tanto en el sector público como en el privado, fue significativo, pero no es la única respuesta valida y posible que pueda y tenga el estado nacional.

La composición del sistema sanitario nacional, tanto a nivel estatal (nación-provincia-municipio- Obras sociales de gestión estatal- PAMI) como privado (medicina prepaga-Seguridad Social sindical- mutuales), con la consecuente fragmentación y concentración de recursos sanitarios en algunas regiones del país, no hacen más que agravar una política sanitaria cuya mirada era de corto plazo y que en ningún momento supuso que la carrera era larga.

Hoy con un nivel bajísimo de testeos y un nivel altísimo positividad en los mismos, con porcentajes cercanos al 75%, lo cual muestra la bajísima cantidad de testeos y la nula política de rastreo y prevención.

Ya cerca del millón de contagiados de manera oficial, la realidad indica que la Argentina va en búsqueda de la inmunidad de rebaño, justo lo opuesto a lo enunciado por el gobierno y excusa de cuarentenas largas.

Sin embargo, jugar todo a esta carta, con un sistema que no está en condiciones de soportar con éxito una enorme crisis económica, en donde sobre todo el sector de la seguridad social va a perder una enorme cantidad de afiliados que deberán ser atendidos por el público. Sobre todo, cuando entrado el verano podamos entrar en una sindemia (la suma de más de una epidemia) cuando entre en acción el Dengue y el Zika en el norte y centro de nuestro país. Hay que prestarles en el verano una enorme atención, ya que sus síntomas podrían confundirse con los de Covid-19.

Es muy difícil que Argentina viva una segunda ola, ya que por la tasa de contagios y la de muertas que vivimos, hace difícil que cerca de la inmunidad de rebaño haya un crecimiento dramático como los que vivimos ahora.

Sin embargo, la inmunidad de rebaño no significa que no haya contagios, sino que estos van a ser mucho menores y con una tasa muy baja de letalidad. Si a eso se suma la vacuna a mediados del año que viene es probable que el problema este muy acotado.

Lo que deja la pandemia en materia económica afecta, y de manera severa, al sistema sanitario. Para empezar sus insumos son importados. La pérdida de puestos de trabajos registrados va a dañar a la seguridad social y a la medicina prepaga. Los precios de las prestaciones han quedado muy por debajo de los costos y como agravante, no hay perspectivas de que esta situación mejore, por lo menos en el corto plazo.

Es por eso por lo que urge integrar al sistema sanitario nacional, para distribuir con equidad los recursos sanitarios y hacerlos accesibles a una población empobrecida. Y preparar al país de futuras amenazas sanitarias, creando una Agencia Nacional de Salud, sobre las bases del PAMI y la totalidad de las obras sociales estatales, sumando las infraestructuras sanitarias naciones, provinciales y municipales, a fin de que el alto precio socioeconómico y de vidas que pagamos por la inmunidad de rebaño no sea en vano.

Fuente : Textual Diario Clarin del 14/10 . Sección opinión . Autorizada a publicar por le autor . Prof. Martin Moyano Barro es consultor en Salud.

https://www.clarin.com/opinion/pandemia-oportunidad-inmunidad-rebano-_0_8LNU1q4NY.html

El mayor desafío al sistema sanitario argentino. Por Martín Moyano.

Con el permiso de aquellos que aún no lo han visto y sin ánimo de “spoilear” el dramático film de Wolfgang Petersen, me resulta inevitable que surjan los personajes de esa historia a la hora de pensar la crisis que nos ocupa. El Coronavirus nos ha arrastrado hasta el borde de nuestra propia “Tormenta Perfecta”. Para enfrentarla contamos con una fortaleza objetiva de la que los números hablan.

La estadística oficial y los diferentes estudios sobre la composición, disposición y dotación del sistema sanitario argentino lo muestran como uno de los más fuertes de América latina. Y al comparar esos datos con los sistemas de salud de otros países podemos tener una idea de la relevancia de la Argentina en materia sanitaria.

El total de establecimientos sanitarios en el país es de unos 17.500 aproximadamente; de este total unos 3300 cuentan con internación y aproximadamente el 40% de todos estos establecimientos, con o sin internación, es propiedad del sector público nacional, provincial y municipal.

La relación de camas por cada mil habitantes en nuestra región muestra a la Argentina encabezando la lista con un índice de 4,5 camas por mil habitantes (seguida por Uruguay con 3,00; Brasil 2,3; Chile 2,00; Perú 1,5; Colombia 1,4; Paraguay 1,3 y Bolivia 1,1). Fuera de la región, Alemania supera a la Argentina con 8,3 camas por cada mil habitantes (España 3,2; Italia 3,5; EEUU 3,00).

La cantidad de médicos que hay en el país es de 170.000 aproximadamente. Unos 3,90 por cada mil habitantes. Observando la región, Argentina duplica la cantidad de médicos cada mil habitantes de Brasil y casi cuadruplica los de Chile y Perú. Por otra parte, la distribución de médicos en el país resulta dispar. En la CABA la dotación de médicos equivale a la de países europeos mientras que en el GBA la relación es inferior a la provincia Córdoba. Respecto de la disponibilidad del personal de enfermería, la relación es de unos 4,5 por cada mil habitantes, la mitad de ellos auxiliares de enfermería. No hay estadísticas claras del stock de equipamiento y estado del mismo, aunque se puede inferir por datos de producción que el sector privado está en mejores condiciones que el público.

¿Cómo es que contando con estos recursos el sistema no estaba preparado para afrontar la pandemia? La respuesta solo puede estar en las características del mismo. Nuestro sistema de salud se encuentra fragmentado en tres subsistemas: el público, las obras sociales y la medicina prepaga. Aún con el 10% del PBI destinado a la Salud, la distribución de los recursos no es pareja ni equitativa. No está pensada en función de la distribución de la población sino en la condición que tiene como aportante al sistema.

De los 15 millones de habitantes de AMBA 3,5 millones residen en CABA y 11,5 millones en el GBA. De aquellos 15 millones, más del 50 % se atiende en el sector público. Sin embargo la salud pública cuenta con menos del 40% del total de camas y profesionales lo que explica las conocidas demoras típicas del sector público a la hora de acceder a las prestaciones. Esta situación es doblemente grave en el Gran Buenos Aires. Queda claro que a medida que se mire la oferta de cada sector, la relación es muy buena en la medicina privada a diferencia del sector público. Por otra parte si la cantidad de contagiados aumentará de dos mil a tres mil casos diarios, el sistema sanitario bonaerense corre serio riesgo de colapsar, no así en CABA.

En resumen, la Provincia de Buenos Aires es la región más débil en cuanto a recursos sanitarios y el PAMI la Obra Social con mayor población de riesgo y con muy pocas camas propias. Administradas ambas por el mismo signo político de su pertenencia, ¿Qué hará el Capitán del barco si se llega al límite de las tan mentadas camas de Terapia Intensiva? Como en la película de Petersen, no alcanzará con mantener el consenso e integración de la tripulación sino que la correcta lectura de la información y toma de decisiones permitirá al equipo evitar la zozobra.

Martín Moyano Barro * es consultor en Salud

Fuente : El Mayor desafío del sistema sanitario argentino. Textual: Diario Clarín el 8 de julio del 2020 . La publicación del presente articulo fue autorizada por su autor * .