En Argentina los salarios reales siguen cayendo

La evolución del salario real está determinada por la interacción de dos variables, el salario nominal y la inflación. El salario real se reduce cuando, tal como viene ocurriendo en los últimos tiempos, el salario nominal crece por debajo de la inflación y, por lo tanto, el asalariado pierde capacidad de compra.

Según un informe de INVENÓMICA, el salario real de los trabajadores del sector privado registrado en 2020 se comprimió cerca de un 5% respecto al año previo. 

Es la tercera contracción anual consecutiva, y tomando el período 2012-2020 la baja acumulada es del orden del 25%. 

Este ajuste acumulado a la baja en la capacidad adquisitiva de los salarios es superior al verificado en 2002 en tiempos de la salida de la convertibilidad (17%). La lesión en el salario real es más notoria aún en los empleados no registrados y en los públicos.

Y lo peor es que no parece haber encontrado su piso.

La presión alcista reciente y proyectada en los precios de los alimentos y los de sectores con tarifas que están a la espera de una recomposición conforman una realidad compleja para el 2021, que no permitirá a los asalariados recuperar parte del terreno perdido.

La imposibilidad de frenar la inflación y las soluciones asociadas a la devaluación del peso demostraron no tener un resultado positivo en términos de crecimiento ni de mejora en los ingresos de su población.

Impacto de la pandemia en la educación

En un informe elaborado por INVENÓMICA , analiza como afectó a la educación esta pandemia.

Afirman que si bien las instituciones educativas y sus estudiantes fueron exitosos en implementar herramientas para el estudio de forma remota, y compensaron en buena parte los huecos de una enseñanza sin contacto personal”.

“La oferta educativa, principalmente la enfocada en estudiantes de bajos ingresos, no estaba preparada para enfrentar semejante cambio profundo e intempestivo.  La demanda de esa educación, los estudiantes, mucho menos”.

En base a datos de encuestas del INDEC del año 2018, “en el estrato poblacional del 20% con menores ingresos, se descubre que no hay posibilidad fáctica de que exista un proceso de aprendizaje exitoso y masivo: solo el 25% de los estudiantes argentinos de ese quintil de ingresos inferiores tiene acceso al menos a una computadora; poco más del 30% tiene un escritorio; y menos del 60% tiene un espacio físico para estudiar en su hogar”

“A la falta de un acceso pleno a las herramientas básicas para mantener un cursado razonable, se le agregan otros factores que complejizan aún más la situación: la escasez de recursos y de gimnasia para la educación remota (aun cuando el sistema educativo ha hecho un esfuerzo enorme)”

Aseguran que “Un año entero sin clases presenciales, y la perspectiva incierta sobre su reinicio en el 2021, no será gratis para el entramado social y productivo argentino”. 

“…dejarán secuelas fuertes en los futuros ciudadanos mayores de edad, trabajadores y profesionales. La velocidad con la que cambian las necesidades del mercado laboral y el requisito de flexibilidad mental y capacidad de adaptación, son características salientes del siglo XXI”

“Para que los niños puedan incorporar esas habilidades es ineludible una alfabetización plena, el desarrollo de un razonamiento lógico y la incorporación de las nuevas tecnologías, y esto se logra únicamente en el marco de una educación completa, sin baches”.