En un informe elaborado por INVENÓMICA , analiza como afectó a la educación esta pandemia.
Afirman que si bien las instituciones educativas y sus estudiantes fueron exitosos en implementar herramientas para el estudio de forma remota, y compensaron en buena parte los huecos de una enseñanza sin contacto personal”.
“La oferta educativa, principalmente la enfocada en estudiantes de bajos ingresos, no estaba preparada para enfrentar semejante cambio profundo e intempestivo. La demanda de esa educación, los estudiantes, mucho menos”.
En base a datos de encuestas del INDEC del año 2018, “en el estrato poblacional del 20% con menores ingresos, se descubre que no hay posibilidad fáctica de que exista un proceso de aprendizaje exitoso y masivo: solo el 25% de los estudiantes argentinos de ese quintil de ingresos inferiores tiene acceso al menos a una computadora; poco más del 30% tiene un escritorio; y menos del 60% tiene un espacio físico para estudiar en su hogar”
“A la falta de un acceso pleno a las herramientas básicas para mantener un cursado razonable, se le agregan otros factores que complejizan aún más la situación: la escasez de recursos y de gimnasia para la educación remota (aun cuando el sistema educativo ha hecho un esfuerzo enorme)”
Aseguran que “Un año entero sin clases presenciales, y la perspectiva incierta sobre su reinicio en el 2021, no será gratis para el entramado social y productivo argentino”.
“…dejarán secuelas fuertes en los futuros ciudadanos mayores de edad, trabajadores y profesionales. La velocidad con la que cambian las necesidades del mercado laboral y el requisito de flexibilidad mental y capacidad de adaptación, son características salientes del siglo XXI”