Con la pandemia di Covid 19, que ha hecho caer en el primer aňo del 85% el flujo mundial de turistas, se ha demostrado sin ninguna duda un hecho que hasta ahora era percebido en pequeňa escala: su volatilidad. En pasado se habia ya verificado que una calamidad natural o un hecho de instabilidad politica o de terrorismo, hubieran penalizado una destinacion alejando los turistas, ahora vimos como eso pasó contemporaneamente en todo el mundo. La primera lección es por supuesto que la monocultura de turismo es muy peligrosa. Ningun otro sector económico, hecha excepción por el comparto cultural que igual siguió funcionando en modalidad digital, ha sufrido como el turismo. Por eso es que, paradojalmente, han sido más resilientes las experiencias de turismo comunitario que las grandes empresas del sector de los cruceros o del tejido comercial que se mueve alrededor del turismo de masa. Y esto porqué el turismo comunitario es un complemento que diversifica una actividad principal, que puede ser la agricultura o la pesca, que sigue manteniendo a la comunidad si los turistas, como ha pasado, no pueden llegar. Y en estos largos meses de inactividad, muchas comunidades han seguido trabajando y formándose para ofrecer mejores servicios cuando el turismo inicie de nuevo. Hay gran actividad por ejemplo en Bolivia, un país que ha logrado superar un aňo de inestabilidad política y que ahora quiere valorizar su naturaleza y cultura milenaria ofreciendo oportunidades de turismo comunitario en el altoplano y en la Amazonia, como por ejemplo las propuestas de la Red Tusoco. Una potencialidad que podrá ser realidad en poco tiempo gracias a la cooperación internacional con ong y expertos de turismo italianos. Tambien en el Caribe se han registrado novedades, con la consolidación de la red de turismo rural y comunitario de la República Dominicana, hoy en día extendida en todo el país y que inicia su historia en 2001 con la primer experiencia de turismo sostenible y comunitario en la provincia di Samaná. Tambien en Africa se esta trabajando a la innovación en el campo del turismo comunitario, que en este caso se enlaza con la protección de la fauna y con la lucha a la pobreza. Tanzania, Kenya, Senegal, Mozambique, Namibia, Egipto, Túnez, Marruecos son solo algunos de los países donde el turismo comunitario tiene raices fuertes y en algunos casos, como en Senegal, es mas importate del turismo mainstream.
Tambien en Europa existen experiencias interesantes en este campo, que se han paradojalmente reforzado durante la pandemia porque los europeos son dos veranos que no viajan fuera del Continente. El turismo en los terrenos secuestrados a la mafia en Sicilia o Calabria, el turismo urbano comunitario junto a las colectividades inmigradas en Marsella, París o Turín, el turismo que se mezcla con el voluntariado en campo ambiental. Son todas expresiones de un sentimento que esta creciendo junto al respeto por el ambiente y la urgencia de querer contribuir a mitigar el cambio climatico y a consumir equitativamente apoyando experiencias de base. Esta será proablemente la unica herencia positiva de esta pandemia: la búsqueda de vivencias nuevas, a contacto con la naturaleza y lejos de los lugares donde se celebrava el turismo de masa. Una grandísima oportunidad para quien trabaja en zonas no exclusivamente turísticas que ahora tienen una nueva oportunidad. El segmento del turismo de montaňa de verano por ejemplo, en el 2020 aumento del 30% en Europa, una tasa de crecimiento “anómala” en tiempos normales.
Cuanto de este nuevo interés quedará como dato permanente? No podemos saberlo, pero seguramente no se perderá el interés y sobretodo, cuando la pandemia quede finalmente bajo control, el turismo que vendrá no podrá ser nunca igual al que nos dejamos atrás.
En eso creen muchos operadores del turismo comunitario y ambiental.

Alfredo Luís Somoza, antropòlogo, periodista y escritor, es Presidente del Instituto Cooperazione Economica Internazionale de Milàn y de Colomba, Asociaciòn de las ongs de la Lombardìa. Enseña turismo en master y cursos universitarios y ha escrito diversos libros de geografìa, de historia y guìas turìsticas. Colabora con radios y periòdicos de Italia y America Latina.Ha sido miembro del board del grupo de Miembros Afiliados de la UNWTO (Organizacion Mundial del Turismo – Naciones Unidas) y Presidente de la Asociaciòn Italiana Turismo Responsable (AITR)