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SOBRE EL TELETRABAJO: ENTRE POSTURAS Y POSICIONES. Por el Dr. Javier Llaneza. Presidente de Asociación Española de Ergonomía (AEE)

La pandemia ha puesto en evidencia de forma brusca y repentina que algo que antes era anecdótico y de grandes empresas: el teletrabajo, puede ser una nueva forma de organización del trabajo, que bien empleada, llegará a acabar generalizando y convertirse en una alternativa eficiente frente al clásico trabajo (analógico) basado en la presencialidad, el control directo y el tiempo “in itinere” añadido. El trabajo remoto, trabajo en casa, trabajo a distancia o trabajar sin salir de casa son algunas de las muchas maneras de referirse a lo mismo: el fin del presentismo o ir a trabajar. Si la confusión, aunque sea más terminológica que conceptual, es el primer paso hacia el conocimiento, debemos de estar a punto de convertirnos, (y el número de webinars sobre el asunto, lo confirman) en unos expertos; también se empiezan a conocer los resultados sobre las “consecuencias” y en particular de los efectos del teletrabajo para la seguridad y salud laboral.  Los siempre intencionados apriorismos o posiciones de partida del tipo favorable: “el teletrabajo permite una mejor conciliación de la vida personal, familiar y profesional, reduce costes, reduce los desplazamientos y dota de mayor autonomía al empleado” o el reducir la destrucción de empleos, contrastan con los datos de esas evaluaciones/investigaciones y muestran que el trabajo en el domicilio tiene una parte oscura, o más sombras que luces, y la incidencia de los riesgos ergonómicos y psicosociales es relevante.

Entre los ergonómicos, destacan el sedentarismo y las dificultades añadidas a la configuración psico-ergonómica de encontrar un lugar para trabajar en un espacio compartido diseñado para vivir, en familia y con la familia. Privados de la adrenalina del tráfico a la ida y a la vuelta, aislados de los colegas y de la maquina de socializar (máquina de café), desconectados de los compañeros que nos dan apoyo social o instrumental pero conectados digitalmente de forma permanente y tecnológicamente estresados (siempre falla o falta algo en lo digital), la carga de trabajo aumenta como la incertidumbre por el aislamiento y en consecuencia la salud mental va a peor (ansiedad, depresión, miedo, etc.). También los malos hábitos, el confinamiento, el aislamiento, la incertidumbre, la desesperación y la desesperanza llevan a un aumento del consumo de alcohol y drogas (prohibidas en las empresas)

Los riesgos psicosociales del teletrabajo pueden ser la causa de los daños psicológicos diagnosticados por los médicos de Atención Primaria, reconocidos en la CIE-10 y que pueden conllevar una IT (fobias, trastornos mixtos, trastorno por estrés postraumático); no son tiempos para el estrés ni para el acoso, pero sí para los suicidios, aunque lo fácil sea pensar que el vínculo laboral es inexistente. No son solo por los problemas psicológicos, también han aumentado los trastornos del sueño, que pueden estar relacionados con: los cambios de hábitos, pasar más tiempo ante la pantalla de visualización, menor exposición a la luz y una reducción en la práctica de actividad física, el sedentarismo. 

El teletrabajo conduce a la reducción de los desplazamientos diarios a pie a la oficina o dentro de la empresa, y a estar más tiempo sentado. Esto puede causar TMS y tener otros efectos sobre la salud, como un mayor riesgo cardiovascular. Y no podemos dejar de recordar que (en España) una tercera parte de los accidentes de trabajo son por infartos, ¿y si ocurre teletrabajando en casa?, pues a activarse, buscar un abogado y pelear por los derechos. A levantarse, como dijo Mario Benedetti,la gloria no consiste en no caer nunca, sino más bien en levantarse las veces que sea necesario”. Y para prevenir los daños del teletrabajo, hay que levantarse.

Levántate y anda

Nadie va a esperar como Lázaro una voz que le diga: ¡levántate y anda¡, y la respuesta: ¡no puedo!, al menos ¡no hasta que no haya acabado este informe!, y entonces la atención estará dirigida a ese dolor en la cabeza, en el cuello o en las lumbares, un dolor relacionado con la postura mantenida o la falta de acondicionamiento del lugar donde se trabaja y que puede servir para tomar conciencia de la falta de formación e información en materia de Ergonomía. Un Plan personalizado de asesoramiento ergonómico (PAER) de consultas y atención con un coste mínimo, puede ser prestado por las empresas y organismos públicos a sus teletrabajadores; recomendaciones ergonómicas particularizadas para adquirir equipos o mobiliario, analizar las condiciones ambientales y mejorar el lugar para trabajar en casa, a través del teléfono y acompañado de fotos y videos remitidos por el empleado que recogen el trabajo real, sin descartar caso de ser necesario, la concertación de visitas del ergónomo al hogar. El conocimiento de los recursos disponibles y las condiciones reales de implantación de los equipos son la clave para una eficaz intervención, algo que los consejos generales y los manuales de autoayuda, como las recomendaciones para sentarse bien, tienen eficacia y efectividad limitada. Ya lo dice el refranero: “Con meros consejos, no se va muy lejos”.

Pintura sugerida por el autor del articulo. Javier Llaneza. La resurrección de Lázaro es un cuadro del pintor Juan de Flandes, realizado entre 1510 y 1518, que se encuentra en el Museo del Prado.

Uno de los fundadores de la Asociacion Española de Ergonomia, Antonio Bustamante, arquitecto y artista, ha dedicado una parte de su vida profesional a investigar sobre el daño corporal y nuestra relación con los objetos, llevando a cabo diversas investigaciones y propuestas sobre el diseño de las sillas de oficina y la postura sedente (son muchos los arquitectos que han diseñado sillas, y muchas son potros de tortura, como el trabajo/tripalium  y al poco tiempo de estar sentado) y es autor  de una estupenda monografía titulada: “Sentarse como Dios manda” y que seguramente Lázaro, dado quien daba la orden, hubiese aceptado, como paso previo antes de ponerse a caminar, siguiendo las instrucciones del Hijo. Mucho peor ha sido siempre el imperativo “siéntate y no te muevas” y quizás por eso hace ya 40 años, se fabrican sillas con todo tipo de regulaciones incluyendo mecanismos de ajuste automático en los respaldos y diseñadores nórdicos como Peter Osvik crean las sillas/mecedoras (Balans o Pendulum) para que siguieras sentado, incluso arrodillado, sin dejar de moverse (dinámicamente), aunque no fueras a ninguna parte. 

Los puestos de trabajo sentados pasaron de los artesanos (Ramazzini ya los menciona) a la excepcionalidad en la industria y la generalidad con la llegada del ordenador y las nuevas tecnologías, y surgieron las sillas “ergonómicas” y simbólicamente se convirtieron en el mobiliario estrella con sus variaciones y regulaciones para el puesto con pantalla de visualización; y del ordenador se pasó al que daba órdenes que aunque no tenía ordenador (tenía secretaria) y que por estatus, estaba más interesado en la altura del respaldo que en las regulaciones.

También había sillas aparentes “hergonómicas”/económicas y de deficiente calidad que se rompían (respaldo, soporte o apoyabrazos) y podrían causar graves accidentes, y los ergónomos forenses estaban en esas demandas por daños. Una página recomendable para quienes han sufrido un accidente en la silla, en casa o en el trabajo: Ingresar aquí

Son tiempos para alternar las posturas y entender que la peor postura es la forzada por factores de riesgo organizacionales (diseño puesto o ritmo de trabajo) o psicosociales. La flexibilidad o la autonomía no es una postura, pero puede ser una imposición determinante para el diseño.  

La mejor postura es la próxima postura

Este es uno de los aforismos más repetidos desde la Ergonomía, y la pregunta que a veces se le hace a un ergónomo cuando no se sabe cuál es (¿cómo tengo que sentarme?) o se la confunde con la higiene postural (que tampoco se sabe muy bien lo que es). Quien fuera presidenta de la Asociacion de Ergonomia ecuatoriana (AEERGO) la profesora Martha Kenny Velez, la define como. “La ciencia del equilibrio humano en todas condiciones fisiológicas”; me gusta todo tipo de equilibrio, la vida es la búsqueda permanente de ese equilibrio.

De posturas están sobradas las normas técnicas de Ergonomía, sobre la forma de evaluarlas hay muchas técnicas (todo un juego de letras o colección de acrónimos: OWAS, RULA, OCRA, etcétera) y de su papel como uno de los factores de riesgo de las enfermedades profesionales más comunes, los trastornos musculoesqueléticos (TME) literatura e investigaciones abundantes. Su origen puede estar relacionado con la realización de trabajos que requieran ejecutar movimientos repetitivos o el mantenimiento de una postura estática durante largos periodos de tiempo, y sin tiempos de descanso para recuperarse de la fatiga. Y en casa hay algunos de esos riesgos, incluyendo la autoimposición.

Exigencias impuestas que superan los límites fisiológicos y biomecánicos de las extremidades superiores, una sobreutilización que sobrepasa la capacidad de recuperación del organismo. Es un proceso que como cualquier otra enfermedad. evoluciona “lenta y paulatinamente”; tiene un desarrollo progresivo muchas veces sin síntomas aparentes, que se manifiesta en algunas ocasiones de forma súbita y evoluciona rápidamente.

Estirar las piernas

Cuando en Europa creíamos que el reglamento (directiva europea específica de 1989) sobre el trabajo con pantallas de visualización era anacrónico, el teletrabajo la ha vuelto a ponerla de actualidad y lo revalida la reciente publicación del INSST (NTP 1150. Riesgos ergonómicos en el uso de las nuevas tecnologías con pantallas de visualización), recogiendo cuestiones que siempre estuvieron presentes en las intervenciones del especialista en Ergonomía, y particularmente en los trabajos en las salas de control de procesos. Al respecto conviene recordar la existencia del método (otro acrónimo, ROSA, Rapid Office Strain Assessment) para valorar el riesgo ergonómico del teletrabajo con el ordenador; como siempre mejor medir que tomar medidas y el acondicionamiento del lugar de trabajo, la adquisición de productos ergonómicos (mouse/ratón, atril, etc.) no muy costosos mejoran la manera de trabajar (¿confort?).

La expresión común “estirar las piernas”, se explica cómo moverse para cambiar de postura, ir al frigorífico, hacer una pausa en el viaje (un alto en el camino) o dar un paseo después de haber permanecido inmóvil durante largo tiempo. Hace siglos era equivalente a la expresión “estirar la pata” uso coloquial para momentos tan diferentes como los de ahora y las más trágicas consecuencias de la pandemia; hasta el día de hoy más de 2,7 millones de personas han estirado la pata, y entre ellos amigos y colegas.

Siempre es preferible, al menos para el promedio, el ofrecimiento de Procusto (posadero de Ática en la mitología griega) a los huéspedes de su posada, estirarse las piernas o cortarlas para ajustarlas al tamaño de la cama. Estirar la pata es sinónimo de morir, de pasar de este mundo a otro mejor, pero no sabemos si igual de placentero o confortable. Antiguamente se empleaba la expresión estirar las piernas, suponemos que hasta el desmembramiento. 

La disminución de la actividad física, que tiene una relación directa con el sedentarismo, es la cuarta causa de muerte y la sexta causa de pérdida de años de salud en los países desarrollados. Se ha relacionado de una manera más o menos concluyente con problemas cardiovasculares, metabólicos, algún tipo de cáncer, estrés y por supuesto los ya descritos TME. Interrumpimos el trabajo, desconectemos, salgamos de casa, caminemos; el confinamiento de la pandemia ha dado lugar a todo tipo de absurdas excusas que pueden reutilizarse: comprar el pan en la otra punta de la ciudad, contemplar las estrellas desde la colina cercana o quedar con un colega cuando sale del trabajo presencial. Levántense, muévanse, circulen …no debe haber ninguna excusa para implantar pausas y cumplirlas estrictamente.

Ayudar a los trabajadores incluyendo a los que teletrabajan con ergónomos y profesionales de la salud mental es básico. Pero no solo, las organizaciones también deben delimitar la jornada como un requisito necesario para poder teletrabajar en condiciones legales de seguridad y salud.

No soy ni adivino ni futurólogo, y no sabemos cuánto va a crecer el teletrabajo. La Ergonomía es etimológicamente la ciencia del trabajo y uno de sus objetos de estudio son las condiciones en las que se realiza el trabajo, de manera global y considerando sus interacciones, también en el hogar. Es sobre estos aspectos y cómo los cambios pueden afectar a la seguridad y a la salud de las personas que trabajan, y ante la incertidumbre que ni los más ilustrados y videntes fueron capaces de anticipar, recurrimos al maestro Yoda, sabio entre los sabios, cuando afirma: “Imposible ver el futuro es”.

Dr. F. Javier Llaneza Alvarez 

Formación . Doctor por la Universidad de Oviedo. Departamento de Psicología 
Ingeniero en Metalurgia, Licenciado en Psicología por la Universidad de Oviedo.  Diplomado en Ergonomía y Ecología Humana por la Universidad de París 1- Sorbona. Máster en Prevención de Riesgos Laborales por la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Técnico Superior en PRL en Ergonomía y Psicosociología Aplicada, Seguridad en el Trabajo e Higiene  Industrial. 
Actividad profesional 
Ergónomo. Coordinador del Área de Ergonomía en ARCELORMITTAL. (1987) 
Resp. de Higiene Industrial y Ergonomía. Servicios de Prevención de ARCELORMITTAL Perito judicial en Ergonomía y PRL 
Docencia 
Profesor titular de la Universidad de Oviedo. Escuela de Relaciones Laborales. Asignaturas de  Seguridad y Salud en el Trabajo, y Ergonomía y Condiciones de Trabajo (2006-2012) 
Profesor invitado y conferenciante en: Universidad Politécnica de Cataluña, Universidad Pública de  Navarra, empresas e instituciones españolas y latinoamericanas (Ecuador, Chile, Colombia…).  
Investigación 
Director de proyectos europeos de investigación en Ergonomía (1989-1996) en el marco de la CECA  (Comunidad Europea del Carbón y del Acero).  
Publicaciones: Libros (6) 
Autor: ERGONOMÍA Y PSICOSOCIOLOGÍA APLICADA. MANUAL PARA LA FORMACIÓN DEL  ESPECIALISTA. 15 ed. Lex Nova. ERGONOMÍA FORENSE. 3ª ed. Lex Nova. Thomson Reuters.  PSICOSOCIOLOGÍA APLICADA A LA PRL. CASOS PRÁCTICOS. 1ª ed. Lex Nova. Thomson Reuters 
Co-autor: MANUAL PARA LA FORMACIÓN DE TÉCNICOS EN PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES. Ed.  Lex Nova. MANUAL PARA LA FORMACIÓN DE AUDITORES EN PRL. Ed. Lex Nova 
Más de 50 artículos sobre Ergonomía y Prevención en revistas especializadas, y en la red: 
https://www.prevencionintegral.com/actualidad/editorial/2016/11/07/que-es-unico-en-practica-forense ergonomía-es-su-aplicación-cuestiones-jurídicas 
https://prevencionar.com/2017/07/26/javier-llaneza-no-todo-vale-en-prevencion/ 
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5856730 
Director, organizador y ponente en congresos nacionales e internacionales, seminarios y jornadas. 
Fundador y presidente de la Asociación Española de Ergonomía (AEE, 1989) y de la Asociación  Asturiana de Ergonomía (PREVERAS, 1999).
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