Hace exactamente un año otorgamos por primera vez el sello Bien Argentino. La distinción la obtuvo la bodega agroecológicaDel Yaucha, en el Valle de Uco. Este emprendimiento es pionero en la aplicación del valor agregado del sello que identifica productos de calidad, basados en el comercio justo, y elaborados a nivel local, regional o nacional con principios intrínsecos de sostenibilidad.
Jorge Berg, propietario de la Bodega Del Yaucha nos habla de la producción de sus vinos: “Tratamos de guardar todos los años más vino, darle más crianza en barrica, aumentar la calidad -porque la uva lo permite- e ir pasando del vino clásico de 12 meses de crianza en barrica, a uno de 24 o, incluso, algún Malbec cosecha 2018 que estuvo 33 meses en barrica con características extraordinarias”. Es la misma uva, es el mismo tratamiento de la viña, sólo que perfeccionaron el tratamiento del vino en la bodega. “Y tenemos muy buen asesoramiento de los técnicos del INTA”.
Otra característica de los vinos de esta bodega es que su producción es ecológica. Lo elaboran con mínimo impacto para el medio ambiente. “En la siembra no usamos herbicidas y no gastamos mucha energía en la zapa, una desmalezadora mecánica, para mantener a raya lo que pueda llegar a competir con la viña. Lo mismo va para la elaboración del vino: utilizamos mínimas dosis de anhídrido sulfuroso”.
Esta Bodega es un claro ejemplo de lo que es un producto “Bien Argentino”. Nos complace que Del Yaucha renueve su compromiso con nuestro sello por un año más como estandarte de calidad!.
¡Felicitaciones Jorge y Bibiana por ser un gran ejemplo de PyME que simplemente hace las cosas bien!
Durante 2021 distinguimos con el nuevo sello “Bien Argentino” cuatro empresas argentinas que cumplen con criterios de sostenibilidad sociales, económicos y medio ambientales. Empresas grandes y pequeñas, de diferentes sectores, que fomentan y fortalecen la soberanía económica. Todas ellas con un valor agregado común que las destaca: contribuir a la sostenibilidad de Argentina como empresa 100% nacional.
Estas empresas son: La bodega agroecológica Del Yaucha, en el Valle de Uco; los pioneros en compostaje empresarial Greenheads Argentina, la hilandería líder en Argentina TN&Platex, y el primer laboratorio farmaceútico recuperado por sus trabajadores Laboratorios Farmacoop.Felicitamos a estas empresas comprometidas con la sustentabilidad de la economía nacional y el futuro de Argentina. En 2022 queremos agrandar la familia Bien Argentino!
Otro año más llega a su fin. Un 2021 repleto de obstáculos y dificultades en todos los aspectos, incluso para la economía global. Sin embargo, estas vicisitudes son experiencias que sirven de aprendizaje. Surgen nuevas propuestas y soluciones, aparece el espíritu emprendedor, y las ansias irrenunciables de mirar siempre adelante.
Es tiempo de balances y reflexiones. Sobre todo a la hora hacer nuestras compras navideñas.
En nuestro país, tenemos una sobre oferta de productos importados o fabricados por empresas multinacionales que pagan sus impuestos a las ganancias fuera de Argentina. Por fortuna la gran mayoría tienen su equivalente de producción nacional. Es momento de ser conscientes de que no todo lo que viene de fuera tiene que ser mejor que algo producido o fabricado en nuestras tierras.
El objetivo de Bien Argentino es identificar productos de calidad, hechos en Argentina, basados -por lo menos en parte- en el comercio justo, y darlos a conocer a los consumidores. Productos que pueden competir con los importados. Porque la producción nacional es la base de la riqueza del país.
Con el sello Bien Argentino apoyamos a la pequeña y mediana industria argentina. ¿Cómo lo hacemos? A través de la identificación, el reconocimiento y la promoción de productos o servicios nacionales, que cumplen con criterios de sostenibilidad sociales, económicos y medio ambientales.
En estos días estamos viendo cómo el estado debe intervenir en el control de precios. No hay excusas para los aumentos. No es el dólar, no es el transporte. Es simplemente la concentración de mercado.
En el mundo existen 10 grandes empresas que controlan lo que consumimos, cómo lo consumimos y, sobre todo, cuánto gastamos. Estos grupos empresariales controlan la vida de una inmensa mayoría de las personas que vivimos en la Tierra. Creemos que somos los dueños de nuestra vida y, entre otras cosas, decidimos lo que consumimos, cuando en realidad estas grandes empresas nos manipulan capitalizando y creando todas nuestras necesidades. Son ellas quienes deciden qué compramos y a qué precio.
Según una investigación reciente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), seis grandes cadenas concentran el 80 por ciento de las ventas de todo el sector supermercadistas del país. El 74% de la facturación de los productos de góndola de esas cadenas corresponden a apenas 20 empresas. nueve de cada diez litros de leche que están a la venta pertenecen a una sola empresa alimenticia.
En rubros tales como cremas dentales, desodorantes y repelentes, la concentración de las ventas en una sola marca o empresa supera el 84%.
Dentro del rubro Alimentos y Bebidas, existen productos en las que una sola empresa tiene una posición absolutamente, dominante, como ocurre en yogures (77%), embutidos (79), jugos en polvo (77), gaseosas (75), fideos (73), cervezas (71), postres (70), mermeladas (71) y hasta en la leche (69). En algunos casos, una sola empresa con diferentes marcas participa en hasta 12 categorías diferentes de productos, teniendo posición dominante en seis de ellas. Nueve de cada diez litros de leche que están a la venta pertenecen a una sola empresa, aunque tengan diferentes marcas.
Nosotros los consumidores tenemos el poder de la decisión sobre los productos que compramos. Cuando elegimos una marca de detergente, de chocolate, o de zapatillas, no somos conscientes de que lo más probable es que estemos eligiendo entre productos o marcas de una misma empresa. Es decir, el mismo producto con diferentes nombres. Esto significa que en realidad no hay competencia, y por lo tanto no es necesario bajar un precio para vender más.
Tenemos el poder de revertir esta situación de una forma muy sencilla: consumo responsable. Decidamos la compra en contra de los grandes oligopolios y a favor de productores locales. Apoyemos la pequeña y mediana empresa. Apoyemos la producción local, regional. Apoyemos la industria nacional.
En 2016, la empresa Roux-Ocefa contaba con 450 trabajadores y dos plantas de producción, en Villa Luro y Mataderos. El laboratorio fundado en 1935 se especializaba en sueros, pero también elaboraba otros productos como cremas, comprimidos, jarabes y gotas. En diciembre de ese año la empresa entró en convocatoria a acreedores. Lo más alarmante en ese momento fue que empezaron a cerrar líneas de producción. En enero de 2017 cuando se propuso el patronal, los trabajadores ocuparon la planta ubicada en Villa Luro. “Al principio no nos pagaban el sueldo, ni la obra social, ni el aguinaldo y así fue decayendo hasta que un día el laboratorio cerró las persianas. Los dueños nos dejaron a todos en la calle”, relata Edith Pereyra, una de las trabajadoras afectadas. La ocupación duró tres meses y medio, tiempo en el que se planteó la posibilidad de conformarse como cooperativa. En abril apareció una nueva patronal que compró las acciones de la empresa. En febrero de 2018 volvió a cambiar de manos. Y al poco tiempo empezaron los despidos masivos. Estaban vaciando la empresa de empleados y de maquinaria. “Destruyeron todo lo que fue alguna vez la empresa, el laboratorio. Teníamos que cuidar la planta porque si no, nos quedábamos sin nada. Había empresarios que entraron y querían llevarse las máquinas sin pagarnos nada. Éramos conscientes de que esa era nuestra fuente de trabajo, decidimos quedarnos y así se inició todo”. Con el apoyo del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, (MNER) tomaron la decisión de recuperar la empresa.
“Retomamos la pelea judicial para reclamar la quiebra de la empresa y constituirnos como cooperativa”. El 30 de abril de 2019 se resolvió la continuidad de la empresa a favor de la cooperativa.
Edith Pereyra -Peri, como llaman sus compañeros- entró a trabajar en la empresa en 1983, cuando apenas contaba con 18 años. “Estaba feliz de pertenecer a un laboratorio de tanto prestigio, líder de la Argentina. Más de 30 años de trabajo. Después de todo lo que pasamos, hoy en día tenemos nuestra planta en pie”, explica con orgullo. En marzo de este 2020, los trabajadores de la cooperativa terminaron de acondicionar las dos plantas. Pero cuando estaba todo listo para volver a generar las habilitaciones de ANMAT necesarias para producir medicamentos, llegó la pandemia que trajo como consecuencia la suspensión de la inspección. Después de todo lo vivido, en vez de tirar la toalla, los trabajadores de Farmacoop recogieron el guante y reconvirtieron la empresa para dar respuesta al nuevo contexto.
“Cuando comenzó la pandemia, estábamos esperando la habilitación completa que no se pudo hacer. Entonces empezamos a producir alcohol en gel al 70%, a distribuir barbijos”. Primero lanzaron bidones de cinco litros. Al poco tiempo sumaron frascos de 250 ml. Fue una resolución inmediata a una coyuntura inesperada que trajo excelentes resultados. “Estábamos trabajando a full, pero con mucho cuidado porque había compañeros mayores y había que cuidarlos. Fue una ardua tarea que pudimos llevar a cabo con la colaboración de todos”. Asimismo, en conjunto con una empresa de base tecnológica CONICET-UNLP, Bamboo Biotech y un inversor privado, comenzaron a producir los tests serológicos para detectar anticuerpos de Covid-19. Para Peri “fue un logro maravilloso, sin igual. Somos el primer laboratorio recuperado por sus trabajadores, la primera cooperativa farmacéutica que fabricó el test serológico cien por ciento industria nacional”. Estos tests serológicos no se venden al público, sólo se venden a profesionales de la salud habilitados, porque los resultados son de interés público y deben certificarse debidamente. Otro de los productos que tiene muy buena acogida es la crema Aqualane que fabricaba Roux-Ocefa. “La crema ya tenía mucho prestigio y conseguimos fabricarla”. Es una reconocida crema suavizante e hidratante que se vende en todas las farmacias.
Por otra parte, en Farmacoop se encargaron del acondicionamiento y control de calidad de barbijos que fabrican cooperativas textiles. “Todo lo que nosotros fabricamos, lo que distribuimos, lo vendemos. Nos permite tener un retiro de dinero para cada compañero”. En la actualidad hay entre 50 y 60 trabajadores que mantienen la planta en pie de punta en blanco todos los días. “Soy la persona con más antigüedad en la empresa”, cuenta Peri. “Yo soy la encargada de planta, la jefa de planta, llego temprano, me fijo todos los detalles para que no falte nada, qué hay que acomodar. Pero a la vez hago todos los trabajos. Todos hacemos todo, cuando me toca cocinar, cocino, cuando hay que limpiar los baños, limpio”. Sobre la diferencia que se percibe entre una empresa privada y una cooperativa, Peri resalta que aunque también hay que cumplir horarios y ciertas normas, “ahora somos dueños, estamos más motivados. La gente se siente más apegada a una empresa cuando es parte de la misma.”
Proyectos post pandemia Por ahora Farmacoop está enfocada en la crema Aqualane y en el alcohol, pero en los planes de la cooperativa siempre está presente la idea de lanzar nuevos productos. El paso siguiente es obtener la habilitación de la ANMAT para producir los medicamentos que ya hacía el laboratorio. “Si todo marcha bien, para fin de año tenemos planificado sumar 15 medicamentos más, de los más conocidos de Roux-Ocefa, por medio de la tercerización de la producción. Este es uno de los objetivos más importantes a corto plazo”, confirma Franco di Marco, gerente de la cooperativa. Farmacoop apuesta a convertirse en un laboratorio de vanguardia en tecnología farmacéutica con perspectiva social. Tras la pandemia, la apuesta es profundizar en la tecnología de testeos rápidos, para seguir sumando soluciones al sistema de salud nacional. Actualmente el laboratorio cuenta con una capacidad de producción de 10 mil tiras semanales, “pero se puede llegar a quintuplicar esa capacidad”.
La idea es no limitarse sólo a los productos del antiguo laboratorio, sino también “seguir innovando y desarrollando productos nuevos en otras áreas, como lo hicimos con productos médicos, como los tests serológicos, o con productos de cosmética y perfumería como alcoholes y las cremas”, agrega Franco.
Uno de los objetivos a largo plazo según Franco es crecer, “no solamente para aumentar la rentabilidad. Queremos innovar, hacer nuevos desarrollos, ofrecer soluciones en salud”. Además de productos, aspiran a ofrecer soluciones al estado, a la población con tecnología lateral flow de testeo rápido. “Nuestro proyecto es hacer test de HIV, de dengue, de distintas incumbencias para la sociedad de la Argentina y de la región”. Con la intención de exportar los test serológicos, importantes a nivel preventivo y con una tecnología de avanzada en Latinoamérica, Farmacoop tiene reuniones con distintos organismos del Estado. También pretende fortalecer los vínculos con el CONICET, con la UBA, con distintas universidades o grupos de investigación que tengan productos para desarrollar. “Farmacoop siempre abre las puertas para poder escalar su producción en nuestro laboratorio. Estos son los lineamientos que tenemos a mediano y largo plazo como cooperativa, como laboratorio y como empresa. Siempre buscando el crecimiento, la innovación y la calidad.” Por último, Franco destaca lo que según él es quizás “lo más importante, una de las bases de la cooperativa: generar más puestos de trabajo”. Y con cada proyecto buscan aumentar la capacidad de trabajo, “puestos de trabajo nacionales genuinos”.
Edith “Peri” Pereyra no oculta su entusiasmo por ser parte de la cooperativa desde el primer día. “Significa lucha, proyectos, esperanza. Nos enorgullece haber sido los primeros trabajadores en el mundo que recuperamos un laboratorio y por eso queremos visibilizarlo. Es una experiencia inexplicable. Tenemos muchos proyectos y los vamos a concretar porque tenemos mucha fuerza y muchas ganas. Es hermoso que pasen estas cosas. Ojalá hubiera muchísimos más casos como este”, concluye Peri con una amplia sonrisa.
TN & Platex es una empresa familiar con una larga historia. En medio de la ola migratoria de la posguerra, Agop Karagozian -de origen armenio- llegó desde Estambul, Turquía. Agop se había dedicado desde siempre al rubro textil y ya en nuestro país funda KaraTex junto con su hermano. En 1979 surge TN&Platex como una escisión de la empresa madre, y desde 1998 es una empresa independiente. Se quedaron con la parte de hilandería, que fue creciendo de una pequeña fábrica de hilados con una capacidad de 150 toneladas mensuales de hilados OE, en Monte Caseros, provincia de Corrientes, y se desarrolló hasta convertirse en la empresa textil líder de la Argentina y de Sudamérica.
“En los años 90, Teddy Karagozian, mi padre, tomó las riendas del negocio junto con sus hermanos. Éramos una empresa más de las hilanderías y hoy somos la número uno. Crecimos exponencialmente por el excelente trabajo de la generación anterior a la mía. Ahora, con mi hermano Tomás -mano derecha de Teddy y presidente de la UIA joven-, y mis primos y primas, trataremos de replicar ese crecimiento”, nos cuenta Lucas Karagozian.
En la actualidad, TN&Platex es una empresa pujante, que trabaja en equipo y atiende de manera personalizada a sus proveedores y a sus clientes. Con ocho plantas industriales, un centro de distribución y oficinas administrativas distribuidas en seis provincias, ocupan 160.000 m2 productivos y emplean en forma directa a 1300 colaboradores.
TN&Platex siempre fue una empresa bastante avanzada. Lucas destaca que nunca hubo un problema generacional como en otras empresas familiares en las que al fundador le cuesta delegar o dar lugar a las siguientes generaciones. “Mi abuelo le dio mucho lugar a mi padre y mi padre nos da mucho lugar a nosotros para explayarnos y es el primero que quiere innovar y el que está abierto a todo. El innovó en su momento especialmente en cuestión de sistemas dinámicos, no tuvimos que discutir para innovar, por el contrario tenemos mucho apoyo”.
Innovación y calidad
Parte del crecimiento, y un fuerte componente del éxito de la empresa, fue justamente el uso de herramientas y de tecnología para generar escenarios previsibles. El departamento de inteligencia aplicada que Lucas está implementando fue siempre parte de la cultura de TN&Platex. Básicamente es el uso de la tecnología, de los datos y de la información para anticipar cómo generar las condiciones para que la empresa se establezca de la mejor manera en el mercado. “El gran capital cultural es eso, es una característica a lo largo de la historia de la empresa: la anticipación, la previsión, la agresividad y la inversión. Prácticamente no tenemos tecnología vieja. Si vos entras a una de nuestras fábricas realmente es como cualquier fábrica en el mundo”, resalta Lucas sin lugar a dudas. “Puertas adentro nuestra productividad compite con cualquiera del mundo y eso sí siempre fue una prioridad”.
Lucas es director de estrategia de una de las unidades de negocio de las empresas del grupo, Ciudadela, que tiene como objetivo incorporar más productos para el consumidor final, “es el área de la empresa donde esperamos mayor crecimiento”. Paralelamente está abocado a crear el departamento de inteligencia aplicada, “otra rama estratégica de la empresa: el uso de los datos, la inteligencia artificial y todas las herramientas de la industria 4.0 para anticipar las tendencias mundiales de moda, cada vez más complejas, y cómo acompañamos como empresa.” Aunque es economista y no viene del área de datos científicos, está “muy bien rodeado de especialistas en el tema”, aclara.
Después de una gestión nacional en la que tuvieron que prescindir de parte de la plantilla -”es lo peor que te puede pasar como empresario”-, ahora están recuperando empleados. “Por ejemplo en la división que manejo yo, la del consumidor final, más que duplicamos la plantilla en un año”. La capacidad industrial, de innovación y adaptación, y de ofrecer productos diferenciados que acompañan los hilados tradicionales son uno de los mecanismos que mayor satisfacción le produce a la familia Karagozian. Pero para su empresa lo más importante son las personas, cuya idoneidad y experiencia contribuye a “mantener y mejorar el nivel de calidad de productos, eliminar el mal uso de la energía, y las materias primas, para reducir los costos de los productos que fabrican”.
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TN&PLATEX SE DESTACA POR LA CAPACIDAD INDUSTRIAL, DE INNOVACIÓN Y ADAPTACIÓN, Y DE OFRECER PRODUCTOS DIFERENCIADOS QUE ACOMPAÑAN LOS HILADOS TRADICIONALES
Dentro de la industria textil, la hilandería es el primer eslabón de una cadena -”de las más largas”- y el proceso más intenso. La fibra de algodón que TN&Platex compra la transforma en hilo. Este proceso, “aunque suene simple, es muy largo”. La empresa compra el algodón de los campos argentinos y luego lo transforma en hilo. “La gran dificultad reside en transformar algo que es naturalmente heterogéneo, en un producto que sea lo más homogéneo posible”, explica Lucas. El proceso para hacer un hilo es prolongado. “Quizás el hilo vos lo ves y parece lo más simple, pero en términos productivos y en cuanto al proceso de estandarización es de las actividades más complicadas.” Con el hilado hacen la tela, que empezaron a producir desde hace un par de años, y en la actualidad son “entre los primeros en volumen de tela cruda”, un segmento en el que crecen año a año. “Se trata de aumentar el valor agregado, tener mayor control en los eslabones de la cadena para asegurar que el producto tenga mayor calidad”.
En 2015 compraron medias Ciudadela -una marca de productos terminados con 70 años de trayectoria- con la intención de acercarse al consumidor final. “Llevamos cinco años de aprendizaje. Venimos del primer eslabón industrial, y entrar a la parte de marcas es una filosofía nueva, una cultura diferente que tenemos que ir aprendiendo, y por suerte nos está yendo muy bien. La idea es expandir a más marcas, a más productos terminados, que utilizan máquinas muy tecnológicas que te hacen el producto casi completo. Estamos invirtiendo constantemente en tecnología para innovar en el desarrollo de productos”.
Medio ambiente
En cuanto al aspecto ambiental, TN PLATEX está un paso adelante. “Es claro que las políticas públicas tienen su rol. Pero también los consumidores aportan lo suyo. Los jóvenes y adolescentes están demandando mayor conciencia ambiental. Por eso las marcas están reaccionando y se están anticipando”, explica Lucas.
“EL NIVEL DE DESPERDICIO EN NUESTRAS FÁBRICAS ES PRÁCTICAMENTE CERO. NOSOTROS REUTILIZAMOS TODOS LOS DESPERDICIOS QUE GENERAMOS”
La empresa tiene una división basada en la economía circular, que se centra en hilados recuperados. Un proceso que desarrollaron a partir de los años 80. “El nivel de desperdicio en nuestras fábricas es prácticamente cero. Nosotros reutilizamos todos los desperdicios que generamos”. Con los restos hacen hilado de calidad inferior para otros mercados. Del área de confección -“donde se requiere más mano de obra intensiva”-, se obtienen bastantes desperdicios de retazos de tela. “De esos retazos, todo lo que es cien por ciento algodón clasificado por color, lo volvemos a hacer fibra y lo volvemos a hacer hilado para distintos rubros, limpieza por ejemplo. También estamos desarrollando productos terminados como buzos o remeras cada vez de mejor calidad. No solo bajamos el desperdicio de la cadena en nuestro proceso, sino que reducimos la cantidad de químicos por kilo de indumentaria porque es hilado que ya fue teñido antes”.
Una oportunidad para Latinoamérica
TN&Platex está desarrollando -entre otros proyectos- la exportación del producto terminado a corto plazo (3 años), “Nosotros exportamos pero no es el foco de nuestro negocio. Producimos todo en el país. Queremos exportar más pero por distintas circunstancias a veces es difícil. Hasta hace poco no se podía competir con los precios chinos, pero ahora los trabajadores chinos tienen mejores salarios que encarecen los productos. Esta es una oportunidad para Latinoamérica”.
Por otra parte, las empresas argentinas tienen que lidiar con temas impositivos. Para TN&Platex significa también una oportunidad de ofrecer mejoras. Teddy Karagozian, padre de Lucas y CEO de la empresa, se puso al hombro la Mochila Argentina. “Es una propuesta para alinear los intereses tanto de la empresa como los empleados para reducir la conflictividad y que ambas partes reciban lo mejor de la relación. También, en el libro La revolución impositiva hace una propuesta concreta de cambio sistémico para generar empleo. “Nuestro foco es siempre la generación de empleo”.
Se trata de favorecer más a las empresas argentinas que a las extranjeras. Lucas concluye: “Si nosotros generamos más incentivos a la Argentina, más argentinos van a generar empresas, y más gente tendrá empleo, es un círculo virtuoso”.
Apuesta por la industria nacional
Según asevera Lucas, en TN&Platex abogan de forma constante por la importancia de la industria nacional, y no sólo porque forman parte y tienen intereses particulares, sino también porque están convencidos de que sin una industria fuerte el país no puede desarrollarse.
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“NOSOTROS CREEMOS EN EL DESARROLLO DE LA IMPORTANCIA DE LAS EMPRESAS ARGENTINAS, Y EN NUESTRAS ACCIONES SE VE QUE NO ES RELATO”
Lucas no vacila en afirmar con orgullo que apuestan cien por ciento por nuestro país, aunque hubo momentos en los que hubiesen obtenido mayores beneficios produciendo afuera. “Pero si mirás para atrás, a la larga está bien. Suena raro hablar de estabilidad, pero lo que nos dio estabilidad y enfoque es saber quiénes somos, nosotros fabricamos acá y apostamos acá. Conocer tanto los vaivenes del país nos permitió también en parte poder anticipar las crisis, y volver a apostar porque los cimientos futuros se dan en las crisis. Nosotros creemos en el desarrollo de la importancia de las empresas argentinas, y en nuestras acciones se ve que no es relato”.
Junto a otras empresas y referentes del sector en la Fundación Pro Tejer, y a través de la participación en las entidades gremiales empresarias más representativas del país, TN&Platex asume un rol activo en el desarrollo de toda la cadena de valor agro textil e indumentaria en defensa de la industria nacional.
Interpretar datos para anticiparse al mercado
Uno de los grandes desafíos a futuro que TN&Platex quiere abordar desde el departamento de inteligencia aplicada es la interpretación de datos para mejorar las fábricas, y para anticiparse al mercado y prevenir ciertos eventos indeseados. “Lo vemos central. En los próximos diez años, el gran diferenciador será cómo utilizar mejor la información que tenemos, cómo generar información que no tenemos, y cómo generar las herramientas para ser más rápidos, más dinámicos, más anticipativos, más resistentes a las crisis. Así que se vienen momentos divertidos”, concluye Lucas.
Tema: Especial Bien Argentino 2021 . Emprendimiento Social . El caso Greenheads . TRANSFORMAN RESIDUOS ORGÁNICOS EN RECURSOS AGRONÓMICOS
Vamos a conocer un caso empirico de Emprendimiento Social Sustentable como es Greenheads Argentina de la mano de la Directora de Comunicación Lic. Andrea Fontana organización aliada estrategico el sello BIEN ARGENTINO .
Más sobre Greenheads es una empresa enfocada en el aprovechamiento de los residuos sólidos orgánicos por intermedio del compostaje aeróbico. Ofrece soluciones para la gestión precisa y adecuada de los residuos por medio de herramientas que favorecen el aprovechamiento de los recursos y una disminución del impacto ambiental negativo. Los sistemas de compostaje están destinados tanto a pequeños como a medianos y grandes generadores de residuos.
Tienen como meta compostar la Argentina y el Mundo, un caso para escuchar y refelexionar.
Las Buenas noticias en materia de Responsabilidad Social Empresaria & Gerencia Social a cargo del Gurú Mundial de la RSE , RSCBernardo Kliksberg desde Nueva York.
Compacto de Noticias a cargo del Investigador Social Jorge Potente.
OdT – El Observatorio del Trabajo * es una agencia de investigación social y noticias multicanal que tiene como objetivos investigar los mercados del trabajo , genera contenido y comunica con más de 800 programas emitidos desde el 2010 , nuestra programación se centra en temáticas de responsabilidad social empresaria, capital humano, salud laboral, innovación, emprendedores, toma de decisiones, talento, empleabilidad, relaciones del trabajo, sindicalismo, teletrabajo, pymes, startup, formación profesional, desarrollo local y prevención de factores y riesgos psicosociales.
Bien Argentino es un sello que apoya a la pequeña y mediana industria argentina a través del reconocimiento de productos de calidad, basados -por lo menos en parte- en el comercio justo hechos en Argentina, y darlos a conocer a los consumidores argentinos. Productos que pueden competir con los importados. Porque la producción nacional es la base de la riqueza del país.
¿Cómo lo hacemos? A través de la identificación y la promoción de productos o servicios nacionales, que cumplen con criterios laborales, económicos y ambientales y de calidad.
Con nuestro sello además las empresas, productos o servicios obtienen los siguientes beneficios:
Visualización de la marca através de nuestras redes sociales
Greenheads es una empresa enfocada en el aprovechamiento de los residuos sólidos orgánicos por intermedio del compostaje aeróbico. Ofrece soluciones para la gestión precisa y adecuada de los residuos por medio de herramientas que favorecen el aprovechamiento de los recursos y una disminución del impacto ambiental negativo. Los sistemas de compostaje están destinados tanto a pequeños como a medianos y grandes generadores de residuos.
“Somos los primeros en ofrecer el paquete completo en lo que hace al servicio de compostaje en cuanto a diagnóstico, implementación, tratamiento de residuos biológicos, diseño, asesoramiento, charlas y capacitaciones, y venta de composteras”. Explica Tobías Rial, uno de los tres socios que pusieron en marcha este innovador emprendimiento. “Nuestro objetivo es ser una empresa dedicada netamente al compostaje, pero utilizando todas las posibilidades”.
Tobías, Matías Scolni, Valentín Rumen congeniaron enseguida en 2013 cuando comenzaron la carrera de Gestión Ambiental, en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Desde chicos desarrollaron una empatía por la naturaleza y las actividades deportivas. “Siempre supe que me iba a dedicar a algo relacionado con el ambiente que ofreciera soluciones a los temas ambientales”, recuerda Tobías.
Matías, Tobías y Valentín
En 2015 comenzaron a publicar artículos sobre los problemas ambientales en una página de Facebook. Entonces el tema todavía no tenía tanta “importancia” como en la actualidad. Al poco tiempo, mientras cursaban la materia Compostaje, decidieron vender composteras a través de una conocida plataforma. “Y también funcionaba el boca a boca”. Se trataba de unas composteras artesanales verticales, fabricadas con cajones plásticos industriales, cuya base debían agujerear para permitir el drenaje del líquido. Estaban pensadas para terrazas y balcones de las grandes urbes, “para la gente que no tiene espacio verde”, aclara Tobías.
Al principio tuvieron poca repercusión porque “no había tanta conciencia ambiental”. Vendían de diez a veinte composteras por mes. Se sumaron a la Red de Compostaje -la mayor comunidad de compostaje de Argentina-, que también daba sus primeros pasos.
En paralelo Tobías y sus socios iban con un stand a las plazas de provincia y capital, para contarle a los vecinos qué es el compostaje y su importancia. “Era militancia pura la nuestra, la militancia del compostaje”, cuenta Tobías con una gran sonrisa. “La gente se enganchaba, le gustaban estas charlas y les fascinaba el hecho de que una cáscara de banana se convirtiera en tierra, y nosotros hacíamos una introducción sobre la problemática de los residuos, de la situación crítica de los rellenos sanitarios, de la contaminación que generan los residuos, y cómo el compostaje doméstico resuelve mucho de estas cuestiones, no es sólo hacer compost”, remata.
Paralelamente impartieron un taller de ambiente en un colegio. La venta y el taller les generaba un ingreso que tenía como destino la reinversión. También daban charlas a través de la Red de Compostaje y talleres a través del APRA, la agencia de protección ambiental de la ciudad de Buenos Aires.
De a poco fueron surgiendo proyectos a los que le ponían “toda la garra” y con mucho compromiso fueron construyendo su emprendimiento. Aprovecharon un terreno baldío en Pilar para experimentar diferentes posibilidades de compostaje. Con una camioneta prestada recolectaban los restos de las verdulerías, la borra de café de las cafeterías y el aserrín de un aserradero de la zona.
En 2018 Valentín armó “a pulmón” una página web, a través de la cual ofrecieron el tratamiento de residuos orgánicos in situ para industrias. Al poco tiempo, de la nada, tuvieron su primer cliente, Volkswagen. Y no es casual que sea una empresa originaria de un país líder en cuestión ambiental. Desde el primer contacto hasta la puesta en marcha pasó más de un año.
“Era nuestra primera experiencia y VW tenía 4500 empleados, lo cual generaba una considerable cantidad de residuos y gran expectativa de nuestra parte”. El proceso resultó ser muy exitoso porque el tiempo de descomposición es muy veloz por el material utilizado y la cepa de microorganismos inoculada. En 30 días se desintegran los residuos.
En ese tiempo, por medio de la Red de Compostaje, también llevaron a cabo un proyecto de producción artesanal de lombriz roja californiana a partir de cama de caballo en un campo de Cañuelas. Lo obtenido lo vendían recorriendo los viveros de la capital y el conurbano. Fueron dos años de dormir en el campo, de trabajar todo el día, de cargar bolsas, de salir a buscar clientes y vender. El dinero obtenido lo reinvertían. “No nos quedaba un peso en el bolsillo, pero la experiencia que adquirimos fue insuperable. Y además nos sirvió para hacer contactos muy valiosos con clientes, y con los Ing. Luciano Orden y Javier Ferrari, del INTA, con quienes hicimos una prueba de la aplicación del humus y del compost en diferentes formatos en la cancha de San Lorenzo ”.
Consiguieron un contrato para realizar el servicio de compostaje in situ con Avon. Y comenzaron a colaborar con Servieco (empresa que se dedica a seguridad e higiene). A partir de ahí se fueron sucediendo los contratos. Empezaron como monotributistas, en la actualidad son una SRL.
En la pandemia explotó el mercado del compostaje. Hicieron un convenio con una fábrica de baldosas, que por las medidas sanitarias había dejado de producir, para utilizar el espacio como depósito. Además, los empleados de la fábrica pudieron conservar el trabajo embolsando el humus. Por otra parte, se les ocurrió cambiar la matriz de los cajones para evitar tener que agujerearlos uno a uno manualmente. “Esto abrió el mercado a todos los productores de compoteras”, dice Tobías. Y con una sonrisa cómplice agrega: “Quizás no lo sepan, pero nuestros competidores nos deberían agradecer la simplificación del armado de las composteras”.
La competencia no les preocupa porque “estamos en un rubro que tiene mucho futuro en un mercado emergente, por lo que tenemos muchas posibilidades de crecer”. Están convencidos de que “cuanto mejor nos vaya a nosotros, será también en beneficio para el medio ambiente”.
Hace poco abrieron Greenheads en Uruguay, a través de la cual venden composteras, y están conversando algunos proyectos más grandes. Piensan en la posibilidad de expandirse a Chile o Brasil en un futuro. Pero el principal foco está en Argentina. “Apostamos porque se puede generar un país mejor. Tenemos unas características únicas. Nuestro país tiene los recursos y mucho potencial a nivel humano”.
Los tres amigos y socios tenían un propósito muy claro desde los inicios de Greenheads. “Nuestra idea es que el compostaje llegue a la producción agropecuaria para reparar todo el daño que tienen los suelos argentinos a causa de la desertificación, de las fumigaciones, la utilización de agroquímicos, el monocultivo, la deforestación, la contaminación del agua, el suelo, el aire. Queremos ser el eslabón que permita, a través del compostaje, la gestión de residuos, a los que se les continúa llamando “basura”. Nos gustaría que la sociedad cambie la concepción que se tiene de los residuos y que los revalorice a partir de un proceso natural. Lo que antes uno tiraba en un basurero, hoy es un recurso con nutrientes, un abono fértil que aporta salud y sabor a los cultivos. Y cuando tenemos un suelo sano a partir de la materia orgánica y de los microorganismos, se puede prescindir de la utilización de agroquímicos o por lo menos reducirlos de forma significativa”.
El objetivo de Matías, Valentín y Tobias es inclaudicable: “Queremos compostar el país entero. Y hasta que no lo logremos no vamos a parar”.
El consumo es el uso de bienes y servicios para satisfacer al consumidor directamente (ropa, comida, herramientas) o para satisfacer las necesidades de producción o servicio de una organización (recursos naturales o productos intermedios). En sociedades poco avanzadas, el consumo es un acto primario para la satisfacción de las necesidades más básicas. En sociedades más avanzadas abundan en cantidad y variedad los bienes de consumo, por lo cual adquirir un producto en detrimento de otro implica tomar una decisión. Esta decisión está influenciada por principios personales o sociales que delimitan el precio que un individuo u organización está dispuesto a pagar y el esfuerzo (o inversión) que está dispuesto a hacer para adquirir un determinado producto.
Cada vez más gente se interesa por la procedencia, composición, producción y comercialización de los productos que adquirimos cotidianamente, hasta el punto de convertirse en criterios de selección contundentes. Cuando sectores de la sociedad comienzan a ser conscientes de las consecuencias sociales y ambientales -en forma de pobreza, desigualdades sociales, daños a la salud o incluso guerras- de sus decisiones como consumidores, aparecen movimientos sociales y líderes empresariales con voluntad de revertir las malas prácticas de fabricación o producción en el seno de la ética social y empresarial, para la recuperación de los valores sociales y ambientales fundamentales.
De esta conciencia colectiva han surgido movimientos organizados, corrientes empresariales, o la economía restauradora, que impulsan nuevas maneras de consumir y hacer negocios. Un nuevo paradigma de consumo basado en el valor de las personas y el medio natural y en la necesidad de preservar los ecosistemas.
Ser conscientes de cómo y qué consumimos
No es lo mismo comprar una leche de un pequeño productor regional que de una empresa parcial o totalmente multinacional. O disfrutar de una cerveza artesanal elaborada en alguna de las fábricas locales, que comprar una de marca conocida, pero que ahora pertenece íntegramente al líder mundial del rubro. Con nuestra elección podemos aportar también para que un emprendimiento local crezca y se desarrolle. Porque consumir productos hechos en nuestra zona geográfica no significa que el dinero que invertimos en ellos quede automáticamente en el país. Las empresas multinacionales suelen atender a los requerimientos de sus accionistas, y ello incluye la transferencia afuera de Argentina de las ganancias generadas en territorio nacional.
Con su sello, Bien Argentino apuesta a la soberanía económica. Por eso invitamos a pymes y productores locales y regionales a sumarse a nuestra red para continuar construyendo un país más soberano.