Si bien las góndolas de los supermercados pueden dar la sensación de una gran variedad de ofertas, con distintos nombres, colores y presentaciones, en realidad esto es una falsa imagen de competencia.
Por ejemplo la góndola de fideos, en donde se ven diferentes marcas, y diferentes formatos, como Spaghetti, tallarines, tirabuzones, incluso variedades de precios, lo cierto es que la mayoría pertenecen al mismo grupo empresario.
Marcas como Luchetti, Matarazzo, Don Vicente, Don Felipe, Favorita y Canale, todas ellas pertenecen a Molinos Río de la Plata propiedad de la familia Perez Companc.
Jabones y productos de cuidado para la ropa como Ala, Skip, Drive, Comfort y Vivere, todos ellos tienen en común la multinacional Unilever.
Yogures y postres, como Yogurísimo, Ser, Danonino, Danette, Serenito, Original La Serenísima, Vidacol, Activia, Actimel, Gran Compra, La Serenísima Clásico, todos son propiedad de la francesa Danone.
La leche fluida fresca, La Serenísima, Armonía, La Martona, pero todas ellas son Mastellone Hermanos, casi sin competencia.
Del mismo modo la empresa Arcor con marcas como Arcor, La Campagnola, La Campagnola BC, Noel y Dulciora concentra casi el 71% del mercado de mermeladas, pero además participa también de los enlatados -con Arcor, La Campagnola y Noel-, donde tiene más del 20% del mercado, y en el segmento de jugos en polvo -con Arcor y La Campagnola BC-, con un porcentaje similar.

Según un informe del Centro de Economía Política (CEPA), el 74% de la facturación de los productos de la góndola corresponde a 20 grandes empresas.
Esto es una gran dificultad para la aplicación de la Ley de Gondolas que supone asegurar la competencia.